dilluns, 12 de maig del 2008

El keynesianismo sinvergüenza.

Imagine que es Vd. un fabricante de zapatos; imagine que gracias a diversas artes como ponerse de acuerdo con otros fabricantes, etc hace dos años consiguió Vd. vender 300.000 pares a un precio decuplicado como si en vez de zapatos fueran diamantes; imagine que animado por el éxito el año pasado decidió Vd. fabricar 600.000 pares y al tratar de venderlos en el mercado se ha encontrado Vd. que no se los compra nadie. Así que ahí está Vd. sentado sobre 600.000 pares de zapatos a precio de diamante tallado y sin vender ni uno. ¿Qué hace Vd.? De acuerdo con la teoría económica clásica basada en la ley de la oferta y la demanda si quiere Vd. vender un género que la gente no le compra por su excesivo precio tendrá Vd. que bajarlo hasta que las curvas de la demanda y la oferta vuelvan a cruzarse y si no quiere Vd. bajar los precios puede Vd. cerrar su negocio.

Pero eso es lo que pasa en teoría pues, a lo que se ve, la teoría económica es tan teoría como la de la novela ya que si reside Vd. en España puede Vd. echar mano de un recurso mucho más expeditivo: llama Vd. a la puerta del gobernante de turno y, pintándole el negro panorama que se avecina si su fábrica de zapatos/diamantes quiebra, si aumenta el paro y sobrevienen otras calamidades, puede Vd. conseguir que la autoridad intervenga en su favor comprándole el stock que tiene acumulado a los precios que Vd. ha fijado con la intención de revendérselos después a otro más bajo a los agradecidos ciudadanos que por fin podrán ir calzados a un precio asequible a sus bolsillos.

Cámbiense los zapatos por viviendas y se verá que eso es exactamente lo que pretenden conseguir los empresarios inmobiliarios que se encuentran con un stock de pisos no vendidos de más de 600.000 a precios astronómicos que ya nadie puede adquirir: que las administraciones públicas se los compren a esos precios con intención de ponerlos en el mercado como si fueran viviendas de protección oficial (VPO). Ya sé que es el tercer post que escribo sobre el mismo tema en breves días pero es que la indignación me sale por las orejas al ver este atropello que, según mis noticias, se aprestan a perpetrar las Comunidades de Andalucía, Castilla-La Mancha y Murcia (de momento), que en esto de la granujería no hay mucha diferencia entre partidos.

En principio se trata de medidas keynesianas ¿No amenaza la crisis económica? Pues lo que hay que hacer es recurrir al gasto público para mantener alta la demanda y además garantizar el derecho a la vivienda digna de los más desfavorecidos. ¿Acaso no es una solución brillantísima, digna de los privilegiados cerebros de los señores Chaves, Barreda y Valcárcel y los que se apunten? Los empresarios no van a la ruina, la gente accede a la vivienda y la economía se recupera. ¿Por qué se titula este post El keynesianismo sinvergüenza?

Está bien claro. Cualquiera que no sea estrictamente bobo se da cuenta de que el hecho de que los mismos empresarios que llevan diez años forrándose con el ladrillo y negándose cuando pueden a construir VPO sean los que propugnan esta medida es suficientemente revelador. Que quienes pagan a analistas y comentaristas neoliberales para que prediquen a los cuatro vientos la necesidad de que el Estado no intervenga en el mercado pidan ahora la intervención de ese mismo Estado deja el asunto claro como el agua clara. Como no quieren bajar unos precios inflados en más de un 40% y ya no consiguen compradores para sus viviendas pretenden endosárselas al Estado o las Comunidades Autónomas para no perder beneficios.

¿Y quién paga este atropello? Todos los demás, el conjunto de la población, a través de los impuestos. Tanto quienes necesitan como quienes no necesitan vivienda están costeando a la fuerza el sobreprecio que los empresarios del ladrillo se embolsan y, de prosperar estas medidas, sin ningún esfuerzo y sin tener que gastar un euro en publicidad para animar al mercado. Un negocio redondo y una estafa al conjunto de la ciudadanía. Como decía servidor en un post pasado y repetía un comentarista aquí ayer eso es lo mismo que pretendían (e imagino siguen pretendiendo) los damnificados de Afinsa y Forum Filatélico: que el conjunto de los ciudadanos pechemos con las pérdidas en que han incurrido por un mal cálculo económico del que por cierto algunos nos abstuvimos en su momento. Tendría gracia que quienes no hicimos las "lucrativas" inversiones de Afinsa y el tal Forum por no verlas claras tuviéramos ahora que compensar las pérdidas de quienes pensaban estar haciendo fabulosos negocios mientras los demás no nos enterábamos.

Pues lo mismo con el ladrillo. Si los inmobiliarios quieren vender sus pisos que bajen los precios hasta donde la gente pueda permitírselos. O que cierren. Lo demás es keynesianismo sinvergüenza.

(La imagen es una foto de La Niña Graphics, bajo licencia de Creative Commons).

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