Como decíamos ayer, hoy es el día de la (no) investidura del presidente, señor Rodríguez Zapatero, pero el mayor interés informativo se lo lleva la comparecencia de la señora Aguirre en el foro del ABC con un discurso que culpa de la derrota electoral del PP a la falta de decisión de este partido de luchar contra los engaños del PSOE en defensa de los principios liberales. Prácticamente nadie la escuchó, nadie prestó atención a lo que decía porque todos querían saber una sola cosa: "bueno, pero ¿se presenta o no?" Y la respuesta fue la que ya había dado al sufrido señor Rajoy en su famoso almuerzo à deux: a día de hoy, no; a día de mañana, se verá y, desde luego, el primero en saberlo será el mismo señor Rajoy. O sea, las cosas están como estaban pero ahora son públicas. Esto es, es público que, de aquí al congreso, el partido de la derecha va a moverse a favor o en contra de las dos candidaturas, la oficial del señor Rajoy y la que está en ciernes, de la señora Aguirre.
La presidenta de la CA de Madrid cuenta con los poderosos apoyos mediáticos de la COPE, El Mundo y la televisión a sus órdenes, Telemadrid. Cuenta asimismo, lo que es novedoso, con apoyo en la blogosfera. Un misterioso blog Esperanza2012 que, al parecer, está vinculado a Libertad Digital defiende la candidatura de la señora Aguirre y anima a los militantes del PP a escribir una carta al señor Rajoy para que tenga la amabilidad de retirarse y otra a doña Esperanza para que se presente candidata. Es curiosa la bitácora. Parece que los primeros días se les llenó de trolls que los administradores dicen que eran socialistas. A mí me parecieron gallardonistas o marianistas.
Si estos apoyos son suficientes o no, en el Congreso se verá. En principio, no. Ya hemos dicho que los madrileños tienen un error de visión y piensan que lo que aquí sucede importa en el resto de España. Y no es así. Además, lo decisivo serán los apoyos que las posibles candidaturas tengan en el congreso. Y lo demás, filfas. De momento, el señor Rajoy cuenta con la mayoría. Por eso y sólo por eso no ha presentado su candidatura la señora Aguirre. Si, de aquí a junio, consigue cambiar las tornas o, cuando menos, equilibrarlas, no hay duda de que se presentará puesto que lo que ha hecho hasta ahora equivale a haber quemado sus naves, dentro de la cultura propia de los partidos políticos.
En fin, esto es lo que importa a todo el mundo. Y nadie hace caso del discurso, ese vigoroso llamamiento a los principios, a los ideales, que tanto gusta al señor Jiménez. Es el caso que lo he leído íntegro y es muy curioso. La señora Aguirre sostiene haber sido siempre liberal y seguir siéndolo, cosa que a lo mejor es cierta. Lo que ya me parece más problemático es que, como dice la citada, también lo sea el PP. Y no ya problemático sino simplemente delirante sostener que el PP no tiene la menor concomitancia con el franquismo. Puede que en esta desvergonzada afirmación esté la clave de lo que esta señora llama principios y que no parece otra cosa que simple descaro y demagogia de aprovechada, capaz de decir en cada caso lo que le interese con tal de prevalecer, lo que deja sus cacareados principios reducidos a uno: ganar las elecciones como sea.
¿Que no tiene la menor concomitancia con el franquismo un partido fundado por un exministro de Franco? ¿Un partido que se ha negado oficialmente a condenar el franquismo? ¿Un partido que boicotea siempre que puede la aplicación de la normativa sobre símbolos franquistas? ¿Que nació cuajado de excargos del régimen franquista? ¿Cuyo presidente honorífico, señor Aznar, es nieto del Manuel Aznar, hagiógrafo de Franco y él mismo devoto falangista en su juventud? ¿Cuyos gobiernos han tenido siempre ministros descendientes de notorios franquistas?
Si en la afirmación de la señora Aguirre de ser liberal hay tanta verdad como en la de que el PP no tiene la menor concomitancia con el franquismo, la señora Aguirre es tan liberal como un adoquín. Su partido es heredero directo de aquel franquismo que odiaba tanto el liberalismo como el comunismo, la masonería, el socialismo, etc. Esa convicción liberal que algún sector del PP enarbola, exactamente el más radical y ultramontano, enfrentado al más centrista y moderado de gente como el señor Ruiz Gallardón, no es más que pura declamación oportunista, un refugiarse en parte de las recetas neoliberales juntándolas a las más neoconservadoras que quepa imaginar. Un liberalismo de liberalización de horarios comerciales y cristazo y tente tieso en la escuela, de proclamación de derechos de los homosexuales y negación del de contraer matrimonio, de libertad de elección y persecución de los profesionales por cumplir con su deber, de reducir impuestos pero participar en invasiones y guerras criminales, de Estado de derecho pero sistemático boicot e incumplimiento de la legislación del Estado. Un liberalismo de mentira.
El asunto está muy interesante. Desde el hundimiento de la UCD la derecha española ha conseguido mantener una unidad que le ha reportado cuantiosos beneficios electorales frente a una izquierda dividida a la que las urnas castigan por eso elección tras elección. Pero este enfrentamiento entre los ultramontanos o "neocons", que se llaman a sí mismos liberales, acaudillados políticamente por la señora Aguirre y mediáticamente por los señores Jiménez y Ramírez y los centristas o moderados, acaudillados por el señor Ruiz Gallardón (a quien aquellos ponen a bajar de un burro) podría escindirlo. Lo paradójico es que precisamente este peligro de fraccionamiento puede funcionar en pro de la candidatura del señor Rajoy, que se presentará como el único que puede unificar al partido tras de sí.
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