Estaba servidor equivocado y no era una manifa lo que se había convocado sino una concentración en pro de la despenalización completa del aborto libre hasta cierto plazo prudencial. En las concentraciones el personal se apelotona mucho y parece que es menos que si va de manifa. Pero éramos mogollón. No daré cifras porque no tengo ni idea y eso que disfruté de una vista general de la Puerta del Sol porque subí a un cercado que me lo permitió. Había mucha gente en la plaza, aunque no me pareció que estuviera llena. Desde luego, si el acto hubiera sido convocado para ir contra el aborto, la Comunidad de Madrid diría que había acudido el habitual millón de personas que sigue la palabra de la señora Aguirre como si fueran extras de pago. Como era a favor de la interrupción legal del embarazo, según la misma fuente seríamos catorce, contando a los de la megafonía. Es el estilo de gobierno de doña Esperanza. ¿Para qué andarse con remilgos? ¿Los nuestros? Millones. ¿Los "suyos"? Media docena y gracias. ¿Gallardón? Al degüello. ¿Los hospitales públicos? Al ergástulo. ¿Las abortadas? A la picota. ¿Los abortistas? A galeras. ¿Quiere Vd. ser presidenta del Gobierno? No.
Tengo entendido que hubo otras manifas o concentraciones en otras ciudades de España. Bendita España quién había de verte hija descarriada de la cristiandad. ¿Osarás arrancar de tus entrañas el trémulo germen de una vida humana? Es mucho mejor que crezca, ¿verdad? Y eso lo dice una organización como la Iglesia católica que tiene capellanes castrenses, esto es, oficiales curas cuya función es bendecir a las tropas que van a morir y a matar frente a otras tropas que también vienen bendecidas por otros capellanes castrenses y ambos ¡en nombre del mismo Dios! Véase, si no, en esa postal de la derecha correspondiente a la Primera Guerra Mundial, la llamada Gran Guerra. Cristo anima a los soldados alemanes (¡alemanes!) que hacen lo que pueden por masacrar a los soldados franceses (¡franceses!) enfrente a los que también está animando Cristo pues, siendo Dios, tiene el don de la ubicuidad. Y se cita a Mateo: "Estaré con vosotros todos los días" (Im Schützengraben, añade el germano de su cosecha, o sea, "en las trincheras") y conste que es discreto porque la frase completa del texto de Mateo es: "Estaré con vosotros todos los días hasta la consumación de los tiempos". En fin, menudo panorama.
Pero en todo caso está bien claro que los mismos que quieren salvar la vida de unos supuestos seres humanos indefensos, los mandan después a matar y a morir como una dicha del Señor. ¿En nombre de qué o de quién están hablando los curas?