divendres, 19 d’octubre del 2007

Blogosfera triunfans.

A Galicia nos hemos venido,a un curso de la UIMP sobre las relaciones entre sistemas políticos y sistemas mediáticos. O sea entre la política y los medios de comunicación, que es uno de los temas más interesantes del estudio de la cosa pública en nuestros días. Había que hacerlo, además, en una perspectiva ascendente (o descendente, según se mire) de lo local a lo nacional a lo europeo y a lo global. Menuda tarea. Es tema sobre el que llevo trabajando en los últimos años por encontrarlo lleno de matices, de problemas y de promesas. Los estudios tradicionales que se han concentrado en las relaciones política-medios concluían en la aparición del medio astro hasta hace poco tiempo, la televisión. Pero la revolucionaria irrupción de internet en los últimos quince años está poniendo patas arriba todo el saber adquirido sobre el asunto. El carácter fuertemente interactivo de la red, su universalidad, capaz de romper incluso las barreras idiomáticas, está generando un activismo político planetario y una opinión pública cosmopolita en la que puede estar in nuce un sistema político mundial.

Y allí estuve, dando vueltas a la blogosfera. Feliz coincidencia, pues el día 15 de octubre fue el día del blog y la celebración arrastró a más de veinte mil blogs con más de veintitrés mil posts y ¡catorce millones de visitas! Eso es movilización y a su lado palidecen la prensa,la radio y la televisión juntas.

La UIMP gallega aloja a los conferenciantes en el monasterio cisterciense de Aciveiro, en Forcarei, un lugar perdido de la sierra del Candán, a medio camino entre Ourense y Pontevedra. Incluyo un pequeño mapa en el que se advierte que el monasterio está alejado del mundanal ruido y hasta del mundanal silencio. Es y no es parte de este mundo,como una especie de Shangri-la cristiano. El bello conjunto románico tardío del siglo XII se encuentra en un pequeño y feraz valle o circo, protegido por los montes circundantes del Candán, con una especie de microclima muy agradable en la entrada del otoño.

El monasterio se ha adaptado perfectamente a su moderna función de hotel, conjugando la severa sillería monacal con las más modernas tecnologías, incluyendo wi-fi en las celdas, quiero decir en las habitaciones. Ha perdido muy poco de su carácter originario y ha ganado mucho en comodidad y buen gusto de diseño, que no es ostentoso, como sucede en otros lugares reformados de este tipo. Y digo que ha perdido poco de su carácter originario porque la iglesia parroquial adjunta al cuerpo del monasterio mantiene el culto y gestiona un pequeño cementerio también parroquial y asimismo adjunto al monasterio.

Venir a este lugar de paz, recogimiento y meditación a debatir sobre el ruido y la furia de la acción política y los medios de comunicación demuestra la fabulosa capacidad sincrética del ser humano.

Mañana daremos una pequeña vuelta por las tierras de mis antepasados antes de regresar a Madrid.

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