dimarts, 29 de maig del 2007

La dictadura de Chávez.

El señor Hugo Chávez ha decretado el cierre de una cadena de televisión venezolana (Radio Caracas Televisión, RCTV) porque sus planteamientos ideológicos (de la cadena) no coinciden con los suyos (de Chávez) y actúa (la cadena) como feroz crítica de su gobierno (de Chávez), cosa que éste, que representa la verdad, la luz, la libertad, la revolución, etc, no está dispuesto a tolerar. La operación de cierre se ha hecho administrativamente mediante la denegación de la preceptiva licencia. Es decir, es un cierre gubernativo, como los que hacía Franco. La cadena tiene la posibilidad de recurrir al Tribunal Supremo donde es de esperar que se la reponga en sus derechos.

Pero no hace falta aguardar tanto para enjuiciar este atentado a la libertad de expresión. Se haya hecho en nombre de lo que se haya hecho, la izquierda, la revolución o la palingenesia universal, la medida es un atropello, un crimen contra la libertad de expresión, el más preciado de los derechos humanos, un acto de dictadura absolutamente reprobable; es hacer exactamente lo mismo que los enemigos de cualquier movimiento revolucionario. Si la revolución no puede hacerse sin medidas represivas arbitrarias, no es revolución.

Toda dictadura tiene sus beneficiados y lacayos que justifican sus tropelías. En este caso, se carga contra el contenido contrarrevolucionario y "golpista" de la cadena, como si los contenidos ideológicos de un medio fueran un delito. Así se hace el juego a un gobierno tiránico pues, si verdaderamente la RCTV hubiera cometido un delito, se hubiera abierto un procedimiento penal. Lo que hacen los embellecedores de la dictadura es venir a decir que los gobiernos revolucionarios (vaya revolución la de los censores) tienen un derecho que negamos a todos los demás: el de cerrar la boca a los opositores e impedirles que expresen sus ideas. Si esos lacayos pertenecen al ámbito del periodismo, su abyección es patente.