dimarts, 29 de maig del 2007

La dinamita, los tornillos y el que le falta a Trashorras.

Pasado el vendaval de las municipales/autonómicas, el proceso del 11-M vuelve a tomar velocidad, habiendo estado ausente de los debates electorales, ocupados al copo por Batasuna, ETA, Navarra, ANV y otras pintorescas manifestaciones de ese norte algo hirsuto. Y ya es curioso, como si la dirección del PP hubiera tenido un ataque de amnesia colectiva: se les olvidó que "querían saber" y hasta el señor Rajoy dejó de airear sus "dudas razonables" sobre el proceso del 11-M y eso que no paró de largar en la campaña electoral. Esa es también táctica frecuente en la derecha: se da la tabarra mientras se puede cuestionando el Estado de derecho, alimentando bulos y patrañas y, cuando la verdad judicial empieza abrirse paso, se deja de hablar como por ensalmo y, si alguien pregunta, se responde como Schopenhauer cuando le preguntaban por el "espíritu" hegeliano: ¿quién es ese mozo?

Lo hacen siempre. ¿Alguien se acuerda de la campaña de boicoteo a El País y el grupo Prisa? También aquí se ha hecho un silencio sepulcral, no porque se haya abierto paso verdad judicial alguna, sino porque es patente el grado de estulticia de la medida. ¿Boicoteo? ¿Quién ese ese mozo?

Y, sin embargo, si se leen las cumplidas informaciones de Libertad Digital se verá cómo está quedando claro que subsisten todas las dudas, razonables y no razonables, cómo la "versión oficial" hace aguas, cada vez está más claro que el atentado fue obra de ETA y, si no se dice así paladinamente en sede judicial es porque en este gigantesco encubrimiento están pringadas las fuerzas de seguridad de España y de medio mundo, los servicios de inteligencia del otro medio, el PSOE con todos los cargos que ha nombrado, por supuesto, todos los jueces y fiscales que están actuando y, últimamente, para nuestra gran sorpresa, hasta los miembros del PP que están aceptando vergonzosamente la "versión oficial" y ya no dicen lo de "queremos saber" y las "dudas razonables" por miedo al ridículo.

Ayer se habló en la sala del estado mental del señor Trashorras. Por supuesto que tiene que estar algo guillado, por emplear un término técnico, porque sólo estando guillado o siendo un perfecto imbécil o no teniendo ni idea de en qué mundo se vive o las tres cosas al mismo tiempo, cabe ignorar qué pueda pasar si vendes un par de cientos de kilos de dinamita a unos islamistas. Pero que esté algo guillado no quiere decir que no sea responsable de sus actos. El tipo capaz de decirle a su familia que "mientras los de El Mundo paguen, yo les cuento la guerra civil" es un granuja, pero sabe perfectamente lo que hace. Por cierto, tan granuja como quienes pagan por estas cosas, como cuando pagaron a Amedo. Lo que me asombra es que gente de tal calaña se atreva a ir por la vida, a escribir en los periódicos y hablar por la radio y la televisión. La verdad es que este mundo tiene mucho de pocilga.