dimarts, 10 d’abril del 2007

Pinta raro lo de Francia.

En el primer día de campaña se han publicado algunos sondeos que dan clara ventaja a Sarkozy en la primera vuelta, mientras que mi prefe, Ségolène Royal, vuelve a perder algún punto y se encuentra peligrosamente cerca del señor Bayrou, el "centrista" de la UDF (21% Ségolène; 19% Bayrou). Pero lo que encuentro más alarmante es el ascenso de dos puntos del señor Le Pen, cuya intención de voto en 1ª vuelta es del 16%. En fin, está todo abierto porque más del 40 % del electorado está indeciso. Lo que demuestra una vez más la paradoja de la democracia: que las elecciones las deciden los indecisos. Espero que un buen pellizco de esos indecisos se decida al final por la señora Royal

Llevo un par de días oyendo hablar del diálogo que han mantenido Michel Onfray y Nicolas Sarkozy, y mi amigo Tom me ha enviado un trozo (pues ocupa 8 páginas de una revista de filosofía), el que ha levantado la polvareda sobre lo que piensa el candidato conservador acerca de los pedófilos. Lo he subido a Google docs. Quien quiera verlo lo encontrará aquí. No me parece disparatado lo que dice Sarkozy sino de sentido común: que somos una mezcla de genes y educación, supongo que más o menos de lo uno o de lo otro, según se trate de cosas más o menos instintivas. En los ejemplos que citan, de la homosexualidad, la pedofilia, parece bastante claro. El caso de lxs suicidas, que mete en el saco el señor Sarkozy, como en el de la parricida, con el que saca el tema, creo que es más problemático... y peligroso. Pero tampoco Ofray me parece más tranquilizador. No veo mucha diferencia entre que te digan que eres producto de los genes o de las circunstancias, entre otras cosas porque los genes me parecen circunstancias. Hasta dudo de que se aclaren en lo que están diciendo porque el breve intercambio parece hacerse on shifting grounds. El que da la impresión de saber más de eso, de modo también intuitivo, es el señor Le Pen. Consíderese con atención el cartelito electoral porque tiene sus narices.

Lo que me ha divertido es ver qué libros ha regalado Onfray a Sarkozy: Totem y tabu, de Freud, El Anticristo, de Nietzsche, Vigilar y castigar, de Foucault y uno sin precisar de Proudhon, algo de economía política, supongo. Siempre me acuerdo que de Proudhon decía Marx que pasaba por ser un buen economista francés entre los alemanes y un buen filósofo alemán entre los franceses. Si en lugar de aspirar a la presidencia de la República, el señor Sarkozy pretendiera asaltar el Vaticano, esos libros le serían muy útiles.