No quiero aburrir a nadie, pero he de reiterar que la señora vicepresidenta del Gobierno me cae muy bien. No soy original, dado que lo mismo sucede a una cantidad grande de mis compatriotas pues María Teresa F. de la Vega sale muy bien parada en los índices de popularidad, generalmente aprobada y por encima de su jefe, el presidente, Rodríguez Zapatero. La señora Fernández de la Vega es la cara del Gobierno y la verdad es que es la cara de la sensatez, la moderación y la claridad de ideas.
Ayer estuvo estupendamente al responder al señor Acebes:
"Se está convirtiendo usted en un cuentista a fuerza de fabular. (...) Le oigo a usted faltar a la verdad con soltura y sin rubor, mentir un día sí y otro también; y miente con un tema que provoca alarma y promueve sentimientos encontrados mientras, con el mismo desparpajo, pide consenso. No tiene ni tino ni medida, lo ha perdido. Ustedes han perdido el rumbo. Por el camino que van no parece que lo vayan a recuperar ni con la mejor de las brújulas, pero estoy dispuesta a regalarle una con tal de que vuelvan al consenso que quieren todos los ciudadanos."
Ni más ni menos que lo que piensa muchísima gente. No comprendo cómo en el PP mantienen a esa pareja de Acebes/Zaplana cuyo crédito es cero. Cómo ningún asesor de imagen les ha explicado que cada aparición suya es contraproducente que, cada vez que el señor Acebes se asoma a la pantalla, con ese aspecto de petimetre agresivo, el PP pierde votos y que cada vez que lo hace el señor Zaplana, cuyo aspecto, gesticulación y entonación resultan chulescos, provoca una reacción de rechazo. ¿Cómo van a ganar elecciones con una gente que ya antes de abrir la boca produce irritación y excuso decir después de hacerlo, con la cantidad de disparates y desmesuras que suelen soltar?