No merece la pena entretenerse en glosar el fracaso de la manifa de la derecha de ayer. Quiso el PP anegar Madrid en una protesta sin par y sólo le acudieron los fieles, que ya le fueron a las otras siete convocatorias contra el Gobierno. Quiso ocultar los símbolos fascistas y se vieron bastantes. Quien quiera contemplarlos, que acuda a El País. Por mi parte, me limitaré a señalar brevemente tres puntos.
Punto primero: Rajoy o el mentiroso compulsivo.
Todo el mundo sabe que el Gobierno no ha excarcelado a De Juana, sino que le ha aplicado el régimen atenuado de 2º grado. ¿Por qué miente el señor Rajoy en público hablando de excarcelación? Porque, al igual que su jefe, el señor Aznar, es un mentiroso compulsivo que cree que ésta es la forma de hacer política.
Punto segundo: Aguirre o la derecha dinamitera. Cuanta menos gente acude a sus manifas, más infla las cifras la señora Aguirre. Si la delegación del Gobierno calcula 345.000 y los de
Punto tercero: la derecha no tiene agravios con ETA. En la enésima manifa derechista contra el gobierno se vio y oyó mucho insulto al presidente del Gobierno, pero ninguno a ETA. ¿Cómo se explica eso? Pues por la misma razón por la que a ETA le molesta más el PSOE que el PP. De forma que, guste o no guste, hay una coincidencia objetiva entre las dos organizaciones que se manifiesta siempre de un modo escandaloso.