divendres, 19 de gener del 2007

La sonrisa ya no es un misterio.

Ahora leo bastante el 20 Minutos, porque miro a ver cómo voy de votos en el concurso de los 20 mejors blogs y está claro que no voy a ganar ni de broma. Hay blogs que tienen cinco veces más puntos que yo. La blogosfera es algo absurdo, pero muy divertido. En la categoría de "mejor blog de actualidad" el primero es un menda que se llama blogissimo.Blog de bloggers, que es lo que su nombre indica; yo me he agregado a él y he votado por él; como lo mismo lógicamente, harán muchos de los 1026 blogs que tiene agregados, ese gana seguro. Entonces, los demás, ¿a qué competimos? Un blog de bloggers es, con relación a un blog, como un superpeso pesado en relación a un ultrapluma. Aun así es divertido.

Bueno, el caso es que he leído que se confirma que por fin se sabe quién fue la misteriosa Mona Lisa, la Gioconda, retratada por Leonardo. Al parecer se trataba de la esposa de un comerciante que se llamaba Francesco del Giocondo (de ahí lo de Gioconda), vecino de Leonardo. El profesor italiano que primero aventuró la identidad la ha corroborado ahora, habiendo encontrado, incluso, el convento al que Mona Lisa se retiró a bien morir. Innecesario decirlo, el conocimento exacto de la identidad del modelo no nos hace avanzar ni un milímetro en cuanto al significado de su sonrisa, misterio que quedará sin desvelar hasta el fin de los tiempos, incluido el de si tiene significado alguno.

Confieso que me gusta tanto la Gioconda de Leonardo como sus interpretaciones, algunas casi tan célebres como el original. Porque Mona Lisa es una de las figuras más interpretadas de la pintura. Empezó Duchamp, el precursor, con una famosa interpretación irrespetuosa en 1919 que presagiaba el surrealismo y con un título, para mí (supongo que los especialistas tendrán una explicación) incomprensible: L.H.O.O.Q.. Ese bigote y esa perillita son la rebelión iconoclasta de las vanguardias del siglo XX. Es la suprema transgresión pues ataca aquello que es tan valioso que la sociedad no le pone precio y lo resguarda del mercantilismo vital en un museo, declarándolo, en cierto modo, propiedad de la colectividad, de la especie. Este Duchamp era tremendo.

Detrás de él ha venido legión. Hasta Warhol,podría tener una, ¿por qué no, si tiene interpretaciones de Ucello, Botticelli y Tischbein, que yo recuerde? Dejo una muy simpática de Léger, también con toques surrealistas, como las llaves, símbolo y nombre de las claves, las que abren los secretos.

Obviamente, la identidad de la modelo originaria es una información que valoran los que sienten el hormiguillo de la curiosidad y el perfeccionismo de los datos, pero es perfectamente irrelevante para la obra de arte que ha alcanzado la condición de símbolo del arte misma en que está concebida. Es un icono en el sentido renovado del término en internet. No tengo duda de que, si alguien ve un icono con la cara de la Gioconda en una ventana de la red piensa que pinchando -o clickeando, o clicando, que de todo se dice- sobre él accederá a una galería de pintura. Mona Lisa no es el rostro del misterio (que pueda desvelarse) sino el misterio del rostro. El famoso rostro de Leonardo es una representación moderna del viejo mito de la esfinge.