diumenge, 12 de novembre del 2006

Cosas de familia.

Es curioso que nadie llame la atención acerca del hecho de que el PSOE parezca una jaula de grillos. Quizá por eso gusten los socialistas de hablar de sí mismos como "la familia socialista". Familia por lo mal avenida. Así, a primera vista, se detectan cuatro grupos u opiniones o, como dicen lxs cursis, "sensibilidades". Y esas son las visibles. Después estarán las ocultas. Las visibles son: de un lado, el Gobierno, apoyado en un ente impreciso, carente de rostro y que nunca se manifiesta, llamado "el partido"; de otro, la rebeldía territorial, estilo Gotzone Mora o Rosa Díez, que levantan oleadas de indignación entre lxs socialistas de regimiento; de otro, la fronda de los barones territoriales, los Bono, Ibarra, Vázquez, Chaves, que hablan como si fueran los ancianos de la tribu (especialmernte Vázquez que, además, es gran mago), algunos de los cuales mantienen actitudes de franca animadversión con otras "sensibilidades"; de otro, por fin, el grupo al que laxamente podemos llamar "catalán", de siempre difícil relación con el PSOE como partido español y hermano (nada de "padre").

La foto muestra a Pablo Iglesias, Fernando de los Ríos y Julián Besteiro, tres figuras del socialismo histórico. El obrero tipógrafo entre dos señores catedráticos. Hay un cartel hecho sobre la foto, de Isabel Villar, que sirvió para anunciar el XXVII Congreso del PSOE, allá por 1976, el primero después de la muerte de Franco, que parece otra era y lo es. La interpretación es en estilo naif, muy de la época, muy lograda, como para trasmitir a las (entonces) jóvenes generaciones el hálito de los abuelos recuperados.

Es curioso, asimismo, que en los enfrentamientos y polémicas entre lxs socialistas, a veces virulentos, tomen partido otras fuerzas políticas, jaleando a una de las partes en el conflicto. Las señoras Mora y Díez tienen a su disposición todas las plataformas mediáticas de la oposición para acusar al Gobierno socialista poco menos que de traición a la Patria. Cada vez que Ibarra o Bono dicen algo sobre la nación española, la derecha bate palmas y filosofa qué bien estaría España o Europa entera si el PSOE les hiciera más caso y siguiera sus hispánicas consejas. Claro que esto sucede también a la inversa. A lxs socialistas les parecen excelsas las cualidades centristas y dialogantes del alcalde de Madrid. Lo que sucede es que el señor Gallardón es un caso excepcional dentro del monolitismo del PP y lo es a pesar suyo pues, en cuanto puede, marca el paso ideológico. No hay más que ver cómo salió del envenenado asunto del señor Rubianes de la Puta España.

Pues toda esa variedad se convierte en la sumisión más absoluta en determinadas circunstancias. El otro día publicaba Joaquín Leguina un artículo en El País, titulado Confianza y desconfianza. No pongo el enlace directo porque es de pago y no saldrá. Leguina se queja de la falta de democracia interna en su partido a raíz del nombramiento del señor De Sebastián (creo que se llama) de candidato sociata a la alcaldía de Madrid. Sí, a mí me pareció un gesto franquista y lo dije: al alcalde lo pongo yo y olé. Pero, al decirlo Leguina, deja a todos sus compañeros del socialismo madrileño con la retaguardia a la intemperie. Hay que ver qué colección de don nadies, que se dejan poner otro don nadie de alcalde directamente salido de la retinue del príncipe.

Leguina tiene la elegancia de echar sobre sí (y sus coetánexs) la culpa de esa deriva no-democrática del PSOE, como si estxs que están ahora se hubieran socializado en ambientes autoritarios. Me parece que viene también a decir que parte de la desgracia es la abundancia de políticxs profesionales. Es de celebrar que el señor Leguina exponga los defectos de funcionamiento de su partido claramente perceptibles y que son, básicamente, los de siempre en España: clientelismo, enchufismo, amiguismo. Basta con echar una ojeada a la lista de altos cargos.

Leguina cita dos contraejemplos: la autonomía de lxs diputadxs laboristas británicxs y las primarias presidenciales del Partido Socialista Francés. Lo de lxs MPs británicxs me parece una exageración y, en cuanto a las primarias presidenciales francesas, creo recordar que el señor Zapatero es el resultado de una elección interna en el PSOE con candidato alternativo. No quiero ponerme trágico pero, mientras haya partidos, habrá oligarquías. O sea, siempre, porque los partidos son imprescindibles. En cuanto a las oligarquías, se puede estar dentro o fuera.