dijous, 16 de novembre del 2006

Über Alles.

Crece la amenaza. Lo del congreso de neonazis del finde en Berlín trae estela. Aumentan las peticiones de prohibición del partido. El Gobierno asegura que Alemania es uno de los países más seguros del planeta y donde menos delitos violentos se cometen, a excepción de las más pacíficas sociedades europeas, Austria, España y Suiza. Vaya -pensé- una estadística para sentirse orgulloso, que no abundan: España es el país más seguro de Europa después de Suiza, si he entendido bien. Cómo se nota que ETA lleva un tiempo largo sin atentar. Lo que es cierto si, como hace el Gobierno, atendemos sólamente a la cantidad de delitos. Pero si vamos a la calidad o condición, el panorama cambia, mostrando que Alemania es más segura para unxs que para otrxs. Del total de delitos, según el informe oficial sobre delitos del año pasado, 2350 lo fueron de incitación al odio racial, delitos de extrema derecha, de ellos, 1034 con empleo de violencia. Hubo 1100 delitos de propaganda antisemita y 50 de fuerza a personas o cosas.

50 delitos violentos antisemitas hacen que Alemania, obviamente, sea menos segura para los alemanes judíos que para los alemanes gentiles, diga lo que diga el Gobierno. Como lo es para los alemanes de raza negra (que los hay) o para los inmigrantes turcos o los africanos. De aquí las peticiones de prohibición. En Alemania prohibe los partidos el Tribunal Constitucional, según art. 21, 2 de la Constitución. Así se prohibieron el primer partido neonazi (SRP) en 1952 y el Partido Comunista (DKP) en 1956. Esta vez, sin embargo, la petición de prohibición anterior fracasó en 2003 al no obtener la mayoría necesaria de magistrados del Tribunal Constitucional. Por eso, algunxs piensan ahora en variar la estrategia, rebajando la mayoría necesaria en el tribunal, por ejemplo.

Lo que llama la atención en aquella petición de prohibición del NPD es que el abogado defensor de la organización fue Horst Mahler, el fundador del Grupo del Ejército Rojo (RAF), más conocido como "Banda Baader-Meinhof", (a la derecha, Ulrike Meinhof en el momento de su detención, en 1972) del nombre de los dos principales dirigentes izquierdistas que, al parecer, se suicidaron en la cárcel de máxima seguridad de Sttugart junto con otros compañeros. Mahler no siguió sus pasos y, tras largos años de prisión, recuperó la libertad y volvió a la actividad política, pero esta vez como neonazi, afiliado al NPD.

En verdad, me dije estas mutaciones ideológicas me dejan perplejo. De la extrema izquierda a la extrema derecha, una vida pendular. Hay muchos de estos que, obviamente, no gustan de términos medios, que deben de parecerles burgueses. Y lo que me produce perplejidad es ver cómo alguien que reconoce haber estado equivocado cuando predicaba la verdad, vuelva a predicarla diciendo que ahora no comete error. Lo que es absurdo porque ¿qué verdad va a predicar quien es incapaz de aprender de la experiencia propia?

La incorporación de Horst Mahler, viejo sesentayochero, amigo de Rudi Dutschke, legitima y prestigia a la extrema derecha alemana que, sin embargo, es la de siempre, la de Alemania para los alemanes y, así, más peligrosa.