Al final resultó que había crisis como sabía y señalaba todo el mundo y el Gobierno se obstinaba en negar con la misma verosimilitud con que el del PP lo hizo en su día a propósito del Irak. Es obligado repetir aquí la celebérrima sentencia del presidente Abe Lincoln: se puede engañar a toda la gente parte del tiempo y a parte de la gente todo el tiempo; pero no se puede engañar a toda la gente todo el tiempo." Eso fue lo que intentó hacer el gobierno del PP en marzo de 2004 y lo que lleva meses intentando hacer éste al afirmar que no hay crisis económica contra toda evidencia y sentido común. Y mira que debe de haber pocas cosas más irritantes que unos gobernantes tratando de hacer creer a la gente que las cosas no son como son.
Por fin, la enésima oleada de malos datos económicos, con el paro en un 10,4%, la inflación acercándose al 5%, el déficit del Estado en el 0,5%, el euríbor en un 5,3%, ha obligado al Presidente y sus Ministros más recalcitrantes a reconocer lo obvio, esto es, que hay una crisis y que no se puede seguir engañando todo el tiempo a todo el mundo. Lo que ya no se recuperará será la confianza. La confianza es como el vidrio: una vez rota, se va para siempre. A mí, el señor Rodríguez Zapatero y sus amigos pueden contarme ya lo que quieran que no los creeré, tras verlos mes tras mes tratando de engañarme de forma tan estúpida como el señor Aznar con sus armas de destrucción masiva.
Pero es que hay más y más grueso aun. Con la crisis encima y aunque tanto el señor Rodríguez Zapatero como el señor Solbes o la señora De la Vega (ninguno de los cuales tiene crédito) han afirmado que el Gobierno cumplirá sus compromisos sociales, está claro que eso va a ser muy difícil cuando no imposible. Ya ha empezado a vacilar la ministra de Educación, señora Cabrera, admitiendo que no hay dinero para cumplir la Ley de la Dependencia. La Ley de la Dependencia ni la Ley de Violencia de Género, ni las políticas de igualdad ni nada. Todas esas bellas normas de las que tan orgullosos nos sentíamos no se aplican o lo hacen a trancas y barrancas por falta de medios materiales, de juzgados, de instalaciones..., de fondos. Sin embargo, este Gobierno "socialista" ya ha comprometido 300 millones de euros para ayudar a las empresas inmobiliarias a salir de la crisis comprándoles terreno para viviendas de protección oficial.
Estoy tan indignado que no sé si conseguiré acabar el post. Veamos: las empresas que llevan diez años inflando los precios de las viviendas, poniéndolas fuera del alcance de los jóvenes que llevan tres haciendo manifestaciones por su derecho a la vivienda, hipotecando al resto de la población de por vida con pagos mensuales equivalentes al cuarenta, el cincuenta, el sesenta por ciento de sus salarios, vendiendo chamizos de cincuenta metros cuadrados por trescientos mil euros, esas empresas, que comercian con bienes de precio inflado hasta un cuarenta por cien y forrándose a costa de la gente, ahora que la burbuja ha pinchado y hay crisis, acuden al Estado y el Gobierno (el Gobierno "socialista") les regala trescientos millones de euros para que no tengan que bajar los precios y puedan seguir abusando de la gente.
La responsable de esa granujería es la ministra de la vivienda, señora Corredor, que lleva meses tratando de favorecer a la mafia del ladrillo. Detrás de ella, el ministro de Industria, señor Sebastián, el que se presentó a alcalde de Madrid sin tener ni idea del cargo y pensando que la gente es idiota. Y detrás de ellos dos, el presidente, señor Rodríguez Zapatero que, tras mentir sobre la crisis, dice ahora que habrá dinero para políticas sociales pero se lo entrega a los especuladores del ladrillo. Dice la señora Corredor que esos millones no tratan de ayudar a las empresas inmobilirias. Sobre la befa la mofa porque, entonces, ¿qué tratan de hacer?
Y sobre todo, ¿cómo llaman Vds. a un Gobierno socialista que favorece a los especuladores como Martinsa en contra de los intereses de la gente corriente y moliente?
(La imagen es una foto de Martin, bajo licencia de Creative Commons).