dilluns, 9 de juny del 2008

Más sobre el timo del ladrillo.

El sedicente gobierno socialista tiene en pie de guerra a los autónomos y al transporte en general, así como a la pesca de bajura, es decir a dos sectores del trabajo, pero ha salido en defensa de las inmobiliarias y las empresas de construcción, dispuesto a salvarlas invirtiendo dinero público para mantener artificialmente altos los precios de la vivienda en consonancia con los intereses de los especuladores del ladrillo. El mismo dinero que regatea a los autónomos del transporte. Me gustaría creer que es puro atolondramiento y no que esté haciéndose una política deliberada de proteger al capital que esquilma a la gente y dejar que esa misma gente se las componga como pueda. Pero cada vez es más difícil porque cada vez está más clara la línea gubernativa. Las declaraciones de la ministra de la Vivienda, señora Corredor, ya comentadas aquí en un post del seis de junio titulado La no crisis incitando a la gente a comprar vivienda ahora porque es el mejor momento son muestra evidente de la supeditación del Gobierno a los intereses de las inmobiliarias.

¿Por qué? Muy sencillo. La Ministra no puede desconocer, pues llevan años diciéndolo todos los organismos de analisis económico independientes y todos los servicios de estudios de bancos y entidades financieras, que la vivienda en España está sobrevalorada entre un 20 y un 40%. Y años quiere decir años. En el año 2005 el Banco de España decía que la vivienda en España está sobrevalorada en un 20%. En el año 2006 era el Banco Central Europeo el que advertía de que había síntomas de que el precio de la vivienda estaba sobrevalorado en la zona euro y por lo tanto también en España. En el año 2007, según un informe del Instituto Juan de Mariana, publicado en El economista la vivienda en España tenía una sobrevaloración del 40%. Es obvio que los precios no han bajado un 40%; es más, simplemente no han bajado, sino que, como dice la misma señora Corredor, aumentan ahora según el IPC. Entonces, ¿por qué dice la tal ministra que es el momento adecuado de comprar una vivienda? ¿Es que no lee los informes de los bancos ni siquiera la prensa? ¿No se ha enterado de que esa vivienda que quiere que compremos está sobrevalorada en un 4o%? Es claro que tiene que saberlo y que incita a comprar para favorecer a las inmobiliarias, para que éstas sigan vendiendo a precios inflados y se consolide la brutal sobrevaloración del 40% en detrimento de los intereses de la gente. Si además tenemos en cuenta que el euríbor está ya en un 5,5% y con tendencia al alza, lo que quiere decir que las hipotecas se han encarecido en una media de mil euros anuales y esperan aun tiempos más difíciles, es imposible no ver que esta señora ministra y el gobierno del que forma parte están al servicio de los especuladores del ladrillo, una especie de mafia que ha explotado y sigue explotando a cientos de miles de españoles.

Los tribunales acaban de dictaminar que no es posible declarar al Estado responsable civil subsidiario en el caso de la presunta estafa de Afinsa, es decir que los españoles (ya que el Estado al margen de la gente que pagamos impuestos, es como la "cosa en sí" kantiana, algo incomprensible) no tenemos por qué pagar las pérdidas de quienes metieron el dinero en aquella aventura. Resulta, sin embargo, que sí vamos a tener que pagar las casas de los especuladores del ladrillo, con el precio inflado del 4o% por decisión unilateral de la administración.

Y conste que no creo que esta sinvergonzonería sea directamente obra de ese asesor del señor Rodríguez Zapatero que ha dado el salto a un consorcio o algo así de empresas constructoras, el señor Taguas. No por nada sino porque no le ha dado tiempo a hacerlo (ya se encargará de hacer cosas peores) y porque, según se ve, al Gobierno no le hace falta que le orienten en su comportamiento; va él gustoso a favorecer a los empresarios en contra de los ciudadanos, habiendo comprado el especioso argumento de aquellos de que hay que parar la "caída" del sector para evitar el aumento del paro cuando está claro que el paro en la construcción ya se ha producido en buena medida y el que haya de producirse no lo va a evitar este tipo de medidas. Es decir, al final, como dice Carlos Slim (el segundo hombre más rico del planeta y por algo será) en una entrevista ayer en El País todas las crisis son oportunidades sobre todo para quien sabe verlas y puede aprovecharlas. Los especuladores del ladrillo venden a las administraciones públicas los pisos sobrevalorados que no pueden colocar en el mercado y reducen costes por otra parte despidiendo a los trabajadores que pasan a cobrar el subsidio de desempleo. ¿Quién paga ambas cosas? El conjunto de los ciudadanos, gracias al empeño del sedicente Gobierno socialista. Desde luego, una oportunidad de oro.

(Las imágenes son sendas fotos de Rante y de quapan, ambas bajo licencia de Creative Commons).