Dice el señor Acebes que la manifestación de sus huestes el sábado no era contra el Gobierno del señor Rodríguez Zapatero sino "contra ETA y contra quien quiere negociar con ella". Dado que el señor Acebes y sus conmilitones, señores Rajoy, Zaplana et al., se pasan el día diciendo que Rodriguez Zapatero se ha rendido ante ETA y que quiere negociar con ella, es obvio que la manifa era contra el Gobierno. Aunque, para deducirlo, no sea preciso dar crédito a las palabras del señor Acebes que no lo merece, sino que baste con tener ojos y oídos y ver lo que se paseó y escuchar lo que se gritó. Respecto a lo que se gritó, por cada "mueraETA" hubo cien "zETAps", mil "muerazapateros". Respecto a lo que se vio, ahí están esas banderas franquista y comunista juntitas en la foto que reproduzco de La Fragua,y requieren comentario aparte.
TeleMadrid, especializada en ditirambos a la señora Aguirre con el dinero de todos los contribuyentes, regaló a la audiencia con un publirreportaje de la manifa a mayor gloria del PP. Quien quiera corroborarlo sólo tiene que ojear de nuevo esa información, ejemplo cabal de propaganda al estilo estalinista. Y eso que en la casa, al decir del señor Sánchez Dragó, no hay manipulación. Si llega a haberla, el millón y medio de manifestantes que se inventó alegremente el vocero del gobierno autonómico hubiera llegado a quince. Según El Manifestómetro, para que en la superficie del recorrido cupiera un millon y medio de manifestantes tendría que haber habido 39 por metro cuadrado. Imposible: no caben los abrigos de visón, aunque sean visones demócratas. Por lo que leo en El plural los trabajadores de este adefesio dirigido por el comisario político Soriano van a incrementar las protestas para denunciar la situación del instrumento de propaganda de la señora Aguirre. Piden a los invitados que no acudan. Lo que hay que hacer es no sintonizarla.
Y vamos a la banderita comunista junto a la franquista. Esa enseña corresponde a un grupo que se llama Unificación Comunista de España y que, según un lector de Insurgente no es "verdaderamente comunista" sino:
"...una organización fantasma, una especie de secta creada y financiada por el Estado con el fin de infiltrar y debilitar a la izquierda con sus fascistadas barnizadas de "comunismo"...Entre un boletín de UCE y uno de la FAES no hay prácticamente diferencias."Entiendo el punto de vista del bienintencionado lector, pero me temo que es erróneo. Estos de la UCE son comunistas a machamartillo. Para convencerse, basta con leer su publicación De Verdad, una de cuyas llamativas portadas puede disfrutarse a la derecha. Son comunistas que dan clases de marxismo revolucionario y dicen lo que dicen los comunistas del mundo entero con la sola excepción de su hipernacionalismo español, que los acerca a los neonazis, franquistas, ultras y derechas españolas. Por cierto, lo mismo podrán ellxs decir (y, seguramente, dirán) de la rama del comunismo que defienda esx lector/a o cualquier otrx: que no son verdaderxs comunistas, sino agentes del imperialismo, de la CIA o del Vaticano. Por ejemplo, ¿no hay otros que dicen que el señor Llamazares no es un "verdadero" comunista porque coincide en muchas cosas con el traidor socialfascista de Rodríguez Zapatero? La gente de la UCE profesa la más rancia ideología patriótica española, propia del pensamiento reaccionario y carlista, pero yo no pondría en tela de juicio la "autenticidad" de su comunismo, entre otras cosas porque no creo que nadie tenga atributos para decidir cuál comunismo es "auténtico" y cuál no. Por supuesto, no se me oculta que ese es uno de los entretenimientos preferidos de todas las casi infinitas variantes comunistas. Pero no tiene por qué ser contagioso.
Así que en la manifa estaban los comunistas de la UCE, bien agarrados del brazo de los franquistas del águila en la bandera. Y también había algunxs representantes de doctrinas habitualmente nefandas para la derecha, como la republicana o la socialista. Allí estaba la socialista, doña Rosa Díez, también del ganchete de los de la UCE. La función de estxs elementxs (comunistas, socialistas, republicanos que hacen el juego a las derechas), desgajadxs de su medio natural e incrustadxs en territorio hostil es, por lo general, claramente legitimatoria. Se ha hecho en todas las guerras porque uno de los modos de minar la moral del contrincante es que éste vea a lxs suyxs combatiendo en las filas enemigas. Muchas veces estas gentes acaban abjurando de su fe primera, pero no siempre tiene por qué ser así. ¿Nadie se acuerda de los artículos que publicaba el señor Marcelino Camacho en el ABC, cuando lo dirigía el señor Ansón, quien solía glosar las aportaciones del sindicalista en las páginas de huecograbado afirmando que era un honesto representante de la "auténtica" izquierda frente, claro es, a la "traidora" de la socialdemocracia reformista de entonces, la del repugnante "felipismo"?
Siempre que encuentro estos casos, que son frecuentísimos, me acuerdo de una anécdota de Simone Signoret, la actriz francesa, que me parece tan inteligente como moralmente digna. Preguntada si estaría dispuesta a interpretar el papel de una mujer fascista, Signoret contestaba: "estaré dispuesta a interpretar el papel de una mujer fascista en una película antifascista, pero no el de una mujer antifascista en una película fascista."
La verdad es siempre clara, sencilla, directa.