dimecres, 13 de desembre del 2006

Pinocheteces y pinochetadas.

De verdad, de verdad, de verdad. O sea, de verdad, llevo horas riendo. Y yo, que había decidido ayer ponerme dramático con la muerte de Pinochet, citando a Heine y, como diría Bob Dylan, "¡boah, boah, boah!" Si es que no se puede. No acaba el finado de quedarse frío y ya está la peña diciendo auténticas melonadas. De verdad, dejen que me recupere porque, en cuanto lo recuerdo, me da otro ataque de risa y no puedo escribir. Pinchen en el video de la cuatro, en la Noche Hache si quieren escuchar algo insólito: un señor Recarte, largando por los micros de la COPE que Pinochet no dio un golpe de Estado, sino que el golpe de Estado lo había dado Allende y Pinochet vino a poner las cosas en su sitio. De verdad que lo dice. A este hombre se le paró la neurona un 18 de julio de 1936.

Algún día de estos hablaremos de la dictadura como lo que fue en el origen en el derecho romano, esto es, una magistratura excepcional, limitada en el tiempo (seis meses) y legalmente instituida pues era siempre el Senado el que ordenaba a un cónsul que nombrara al dictador. Es decir, nada que ver con la perversión contemporánea, en que es el dictador el que se nombra a sí mismo para el cargo, sin límite de tiempo, ni responsabilidad ni nada. Las dictaduras del siglo XX no tienen nada que ver con la dictadura romana, son despotismos sin freno en que los seres humanos no son ciudadanos, son siervos, pues carecen de derechos.

Todo esto son pamplinas si se compara con las cosas que se oyen en el video, recogidas de la COPE por las mañanas. El señor Jiménez Losantos dice que el hecho de que la muerte de Pinochet sea noticia demuestra que los medios de comunicación están en manos de la izquierda. Claro, ya imagino que alguien que se despacha todos los días con eso por la radio estará que bufa, buscando periodistas sociatas para partirles la crisma por imponer como noticia de portada algo que debiera ir al obituario, dejando de lado lo verdaderamente esencial. De verdad, de verdad, de verdad, todavía estoy riéndome. Pues parece que hay un montón de gente a la que encanta esta melopea porque el pavo sube en los recuentos de audiencia como la espuma. Ya entiendo por qué Del Olmo se mete con él: celos de proscenio. ¿Del Olmo? ¿Quién es Del Olmo? dirá Losantos (Lozanitos para el autocorrect de Word) antes de acusar a Zapatero de estar desmembrando a España, miembro a miembro, vil y miserable traición. Zapatero the Ripper. Vaya un cacao que tiene el personal. Eso de que la culpa del golpe de Pinochet la tiene el golpeado recuerda aquello de cuando la policía de Franco disparaba al aire y caía herido... un minero.

Pero hay más en el video. Hay una entrevista entre Jiménez Losantos y Sánchez Dragó que es desternillante donde el uno, muy seriecito y trascendental pregunta al otro, no menos consciente de la gravedad del momento, si no cree que Zapatero, "además de un mal político, sea una mala persona." La respuesta..., adivinen, adivinen, naturalmente, Zapatero es un "mal bicho". Sí, señor, ahí le duele, eso es ganar tiempo, adelantarse a lo que nos espera, es presciencia, liderazgo, en fin. Zapatero ya no es el bambi tonto, buenazo e incompetente, el medias tintas del buenismo, el talante y el buen rollito, no es el bobo simplón. Lo ha sido, pero ya no lo es. Ha gobernado sin problema más de la mitad de la legislatura, los sondeos pintan bien, tiene suficiente apoyo parlamentario y buena perspectiva de acabar la legislatura. Ni siquiera un eventual fracaso del proceso de paz lo afectaría porque no ha hecho nada. En esas condiciones, se entiende, cómo no, Bambi es una mala persona, un mal bicho.

De verdad, no he dejado de reír.