Las gentes de espíritu libre saben que lo importante en la vida no es cómo llegas, sino cómo te vas.
Ningún intelectual español o catalán, que yo sepa, ha hecho algo semejante al blog Palinuro. Son doce años ininterrumpidos día tras día, de una obra en la que hay crónicas, literatura, críticas de libros, de exposiciones, de cine, de teatro, cuestiones sociológicas, políticas, filosóficas, etc., y, en los últimos tiempos, una atención exclusiva, minuciosa, cotidiana, a la lucha de Catalunya por la independencia. Más de un millón de palabras. Sin apoyo alguno, diario o periódico, ni infraestructura, ni ayuda. Nada. En abierto, con acceso libre a todos/as en licencia creative commons que autoriza el uso libre del material con solas dos condiciones: no tergiversarlo y citar al autor.
Efectivamente, Palinuro ha sido un éxito: 10.000 lectores diarios directos del blog y otros tantos a través de reproducciones. Mucha gente me dice que es su primera lectura en el día. Por estas personas, por el respeto que les tengo, así como a mis seguidores en FB o Tuiter (unos 200.000 a estas alturas) es por lo que he retrasado el momento del cierre.
Pero este se ha hecho inevitable. El blog me consume mucho tiempo que necesito para tareas propias de creación. Y me causa problemas y dificultades. Lo de menos es que me encuentre mis textos por ahí, mejor o peor plagiados, a veces con mis mismas palabras, pero sin citarme. Puro parasitismo intelectual, sobre todo en los medios audiovisuales. Y el gremio publicístico se autoprotege cerrando filas. Lo peor es que no solo se saquea Palinuro sino que, además, se trata de silenciar al autor. En España y en Catalunya. En la izquierda y en la derecha, en el independentismo y en el unionismo.
Al margen de elMón.cat (un artículo a la semana) y La República (uno al mes) no tengo acceso a ningún medio de comunicación escrito o audiovisual. Mis ideas, propuestas, etc., se conocen porque Palinuro está en abierto y es gratis, pero casi nadie cita la autoría, aunque se beneficie por ello. Salvo para atacarme. Entonces aparezco profusamente, incluso con "noticias" inventadas. No he ido casi nunca a las radios catalanas y escasísimas veces a TV3 pero mucha gente dice que me paso la vida en el plató y hasta algún avispado se inventa que cobro no sé cuántos miles de euros que jamás he visto juntos. Y, hala, a desmentir un sucio ataque personal de parte de quienes encuentran lógico que cualquier zoquete o zoqueta españoles cobren millonadas por mentir. Y sin ayuda de quienes, siendo asiduos a los estudios, y beneficiándose de Palinuro sin citarlo, sí cobran.
La esfera pública es tan corrupta en Catalunya como en España. Dominan las fórmulas y repartos de partidos, los enchufes, las capillas, los amiguismos, las banderías y las listas negras para aquellos/as que, como Palinuro, no son de fiar, ya que no se atienen a consignas partidistas. Insisto, en la izquierda y en la derecha, en el independentismo y el unionismo.
Así que, como no he encontrado apoyo alguno en la esfera pública catalana sino, al contrario, más inquina que en la española, cierro Palinuro y que cada cual se busque la vida. Tengo montañas de trabajos en marcha y muchos proyectos que requieren toda mi atención. Seguiré en las redes, comunicando mis actividades públicas y mis opiniones, pero nada de textos largos, que llevan mucho trabajo y tiempo y solo sirven para que me tengan más tirria quienes son incapaces de producir algo propio más extenso que un tuit. Y, por supuesto, mantendré mi convicción independentista catalana en todo momento.
La decisión estaba tomada días antes de que el portavoz de ERC en Madrid, en compañía de un ideólogo de Podemos que apoyó el 155, dijera que él no es soberanista ni independentista y, supongo, su partido, tampoco. Pero esta tomadura de pelo a millones de personas pasadas unas elecciones en donde se dio a entender lo contrario, la ha acelerado.
Donec perficiam.