Sánchez parece lanzado. Asume el "no" antes de tenerlo confirmado. Es un desplante. Habiéndose negado en redondo a hablar de autodeterminación, el "no" es la consecuencia lógica. Y su tranquila aceptación, la prueba de que los PGE son un tigre de papel y el psicodrama montado con su aprobación, un vodevil. Se gobierna prorrogando los anteriores y aquí paz y, después, gloria.
La idea de Podemos de forzar elecciones al no votar los presupuestos puede ser un deseo (y ni eso está claro) pero no un vaticinio. Da la impresión de que los partidarios de aprobar los PGE entre los independentistas, si los hay, pueden quedarse colgados de la brocha, pidiendo respaldar unos presupuestos innecesarios. Reventado queda el pretexto de que se hace para mantener a Sánchez a flote, cuando Sánchez piensa seguir a flote sin presupuestos hasta 2020.
Reconforta escuchar a Miriam Nogueras con un doble no a la tramitación y a la aprobación. No tengo claro si el primer "no" a la tramitación no es ser demasiado rígido pero, en todo caso, es un asunto menor que debe deben zanjar los diputada/os del PDeCat. Si todas las querellas fueran de este fuste, seríamos felices.
Faltan por aclarar las nebulosidades de ERC, pero el dénouement del psicodrama no deja mucho margen. Sánchez ya anuncia que agotará la legislatura por lo que emplear los PGE como mecanismo de presión no sirve de nada.
La politica del reino de España vuelve por la querencia: reconquista nacional-católica, a ritmo de pasodoble cañí y tarde de toros. Reacción de la raza imperial: Santiago Matamoros, patriarcado, trono, altar y unidad de España.
Y represión en el Principado, adobada con los sofismas de Sánchez sobre las mayorías en Catalunya. Son tan evidentes que avergüenza señalarlos. Si los independentistas no son mayoría, convoque usted un referéndum de autodeterminación para salir de dudas y que no sea necesario creer en su palabra de usted como si fuera el profeta Elías. Pero, aun siendo evidente el embuste, se mantiene porque no ha lugar a mostrar el verdadero fundamento de la negativa a española al referéndum: la fuerza.
Volvemos así a la política catalana que continúa dándose en los dos niveles, táctico y estratégico. El primero es el de las próximas elecciones, europeas y municipales. Desde el punto de vista práctico, la cuestión es si lista unitaria independentista o no. El fraccionamiento del voto no suele ser beneficioso pero hay aquí posiciones muy dispares.
También aquí se cuentan las próximas jornadas de la farsa judicial del 1-O. De la necesidad, virtud: dado que habrá proceso, debe ser aprovechado como tribuna de la causa política que está siendo juzgada. La causa política del independentismo.
Lo cual lleva al segundo nivel, el estratégico, el cumplimiento del mandato del 1-O por el que están siendo juzgados los presos políticos. Y aquí se plantea si las instituciones catalanas actúan dentro del marco del autonomismo u optan por una vía unilateral de ruptura con España.