dimecres, 31 d’octubre del 2018

Los presupuestos de la unión sagrada

¿Creían los ingenuos independentistas que su voto contrario a los PGE no permitiría aprobarlos y hasta ocasionaría la caída del gobierno? Si lo creían, ya se habrán desengañado. El frente de la moción de censura se ha roto y el PSOE retorna al frente del 155, mucho más seguro. En medio queda Podemos, tras haber hecho todo lo posible por seducir a los montaraces catalanes para que firmaran los presupuestos que mantendrían en el poder este ornitorrinco de un tripartito catalano-español. Se acabó. Y, mientras Iglesias sopesaba si le convenía o no ir de visita a Waterloo, el presidente Puigdemont se ha pronunciado también en contra de los PGE. Habiendo perdido su utilidad inmediata, una visita ahora del de Podemos solo podría evidenciar un sospechoso interés en encontrar terreno de diálogo con los separatistas y eso, en España, se paga.

Tras haber negociado los presupuestos por la izquierda con el PSOE, Podemos se encuentra ahora con que este, viéndose rechazado por los indepes, entra en cambalaches con C's. Hete aquí en realidad el amargo caliz que Podemos rechazó indignado hace un par de años de una coalición PSOE-Podemos-C's, pero agravada con la presencia de la carabina pepera. Su margen de decisión es inversamente proporcional a lo desairado, ridículo de su posición. ¿Dirían ustedes que se trata de bisoñez, de delirios de grandeza o de doctrinarismo?

Sánchez es un ejemplo notable de darwinismo social: supervivencia de los más aptos y adaptación al medio. El PSOE se presentaba con el lema de "Somos la izquierda" en la oposición, pero elige la derecha en el gobierno. Sobre todo, si es frente a los catalanes.

¿Qué precio tiene esto? Se deja de ser de izquierdas y se deja algo más y más grave por el camino. Se deja el republicanismo. La ministra Batet está indignada con IU y Podemos por pedir un referéndum y poner en cuestión la monarquía. Su argumentación es ridícula. Dice que hay que dejar al Rey al margen de la pugna política como si, en lugar de ser  este una figura política, fuera el Espíritu Santo, el que, según Cañizares hizo España unida. El discurso del PSOE es el mismo que el del PP y C's. Así que es mejor ir encarando los hechos: el PSOE es un partido antirrepublicano. 

No sé si toda la militancia estará de acuerdo con eso, pero el partido, como institución, es un firme pilar de la dinastía y un enemigo de la República. Un enemigo hipócrita que no hace un año felicitaba el 14 de abril, pero enemigo que ya se ha declarado. 

La República no, que habla catalán. Y tanto. Ayer se constituyó el Consell per la República. Tendremos ocasión de comentarlo.