Han tardado algo más de lo habitual, pero ya está aquí. La criminalización del independentismo catalán a base de compararlo con ETA. Recuérdese que la kale borroka era una especie de ETA socializada en los barrios. Detrás estaban los pistoleros, la violencia, las bombas, el terrorismo. ETA. Esa imagen es la que busca esta comparación de Ábalos.
Llevan años tratando de trasponer el "modelo" de terrorismo vasco-etarra a Catalunya. Han abordado la "cuestón catalana" con esa mentalidad. Habían dicho hasta la saciedad a los abertzales que, siendo España una democracia, si callaban las armas, se podía hablar de todo. En Catalunya no han hablado las armas (salvo el lejano e insignificante episodio de Terra Lliure) y, sin embargo, a la vista está que no se puede hablar de todo. Al contrario: hablar de ciertas cosas, como la independencia, la soberanía, la autodeterminación, lleva directamente a la cárcel o al exilio.
El único modo de ocultar esta villanía, de disimular la felonía de faltar a la palabra era conseguir que en Catalunya apareciera la violencia, el terrorismo, ETA. Así que bienvenidos los CDRs porque, a base de interpretarlos torcidamente, podemos adjudicarles la función de heraldos etarras en Cataluña. Ya no es necesario justificar el incumplimiento de las promesas, la aplicación de la dictadura del 155 a causa de las ideas independentistas (que siempre tiene un tufo inquisitorial), sino señalando la aparición de la violencia callejera y el lejano trueno de las bombas etarras. No se nota que aquella promesa era una mentira y que los españoles y asimilados no tienen una sola idea, una sola propuesta razonable que hacer respecto al asunto catalán, que no se habla porque no tienen nada que decir, solo amenazas, chantajes, condenas, represión. De este modo se consiguen dos objetivos: a) la aparición de esa violencia que necesitan los jueces para condenar por rebelión a los indepes; y b) la justificación de posteriores medidas dictatoriales, excepcionales, represivas, en Cataluña.
Lo curioso de este discurso es que lo haga un dirigente del PSOE, partido de la oposición que, sin embargo, comparte la política represiva y embustera del gobierno. Porque Ábalos sabe y el PSOE también y el PSC, que los CDR no son violentos y que no tienen nada que ver con la kale borroka. La única violencia que se está aplicando sistemáticamente en Catalunya es la del Estado en sus muy variadas formas, incluidas las ilegales de infiltrar provocadores en los CDR para conseguir la violencia que necesitan. Y es curioso porque, siendo socialista y estando en la oposición, el PSOE debiera vigilar los excesos del gobierno y proteger a los débiles en lugar de hacer lo contrario.
El PSOE apoya al gobierno en su política de mistificación y engaño. La contabilidad de actos violentos en Cataluña señala incuestionablemente a la violencia estructural del Estado y sus parientes de la extrema; no a los CDRs. Excepto en los informes de la Guardia Civil en los que se inventan los hechos. La aparición de algún brote aislado, a raíz del incremento de la actividad represiva del Estado, no autoriza a hablar de violencia en Cataluña. Por tanto, al atribuir a los CDR los actos violentos que el B155 está provocando para justificar una intervención más dura, el PSOE se convierte en cómplice de esta insensata agresión.