Ha sido necesario que Rufian resaltara que la constelación Podemos no se ha opuesto al 155 para que los morados se decidieran a dar el paso de presentar recurso de inconstitucionalidad. Un mes de retraso y a instancia de parte, por así decirlo, pero vale. Con su dejadez daban pábulo a la impresión de que quisieran no comprometerse en cuestion tan conflictiva. Porque, reconózcase, el 155 tiene mucho apoyo en España y rechazarlo quizá supongaga un coste electoral elevado.
No es cosa de dejarse llevar por el fariseísmo de la normalidad, según el cual un recurso de inconstitucionalidad podría prosperar dado que España es un Estado de derecho y el Tribunal Constitucional (TC), un órgano independiente. No hay caso. El TC no es un órgano independiente ya que está básicamente constituido por magistrados apoyados por uno u otro de los dos partidos dinásticos, ambos firmes defensores del 155 cuya constitucionalidad se cuestiona. Y España tampoco es un Estado de derecho desde el momento en que no hay división de poderes ni imperio de la ley, sino fusión de aquellos e imperio de la ley del embudo.
Quienes presentan el recurso saben que no prosperará en ningún caso, pues el TC no irá contra el bloque del 155 y, si va, será en el siglo XXII. La presentación no es pragmática sino simbólica. Y el símbolo puede salir electoralmente caro. La culpa es de Rufian, por obligar a Podemos a pronunciarse y abrir unn flanco peligroso de rechazo a un 155 que es popular en España.
Así que corresponde una contramedida, un contraataque que haga que, para los indepes, más dura sea la caída, como dijera con estro profético el difunto fiscal Maza. Y, en efecto, para señalar posición propia, independencia de criterio, autonomía de acción, originalidad de la opción, se ha instalado en un lugar que nunca falla: el centro, la equidistancia, el juste milieu, vous m'entendez. Ya sonaba la aristotélica virtud en la cantinela de "ni 155 ni independencia", sino todo lo contrario, vous m'entendez toujours Bueno, quizá no sea tan original y, para fortalecerlo, Podemos ha decidido matizar su criterio con un toque de nacionalismo español: avisan a PDeCat y ERC de que no los incluirán en el recurso porque son, atención, corresponsables de la situación. El mismo argumento de Rajoy y Sánchez, el del maltratador: la responsable de la agresión es la víctima. Estos creen actuar más sabiamente repartiendo la corresponsabilidad a partes iguales. Pero de sabiduría aquí no hay nada porque jamás será la víctima igual al victimario ni quien lo ignore, de izquierda.