En Prades, al otro lado de la frontera en la Catalunya Nord, también conocida como Francia, y en el liceo Charles Renouvier, nada menos. A las cinco de la tarde, una conferencia sobre La República Catalana en el concierto europeo. Un tema que tiene parte de ucrónico, como hubiera gustado a Renouvier, inventor del concepto.
Por cierto, viniendo hacia Prades desde Barcelona, se pasa la frontera por La Jonquera/Le Perthus. En la Jonquera se encuentra el Museu Memorial de l'Exili, con visita obligada. Lo inició hace años mi amigo Jaume Sobrequés, el actual director del Centre de Cultura Catalana en el que también hay un museo de historia catalana que lleva su factura y quien me ha invitado a Prades. El museo de La Jonquera es magnífico porque es museo y memorial en verdad. Es informativo, didáctico y simbólico. Imposible volver a pisar esa calle estrecha a la que se asoma el edificio sin recordar a los 250.000 que la recorrrieron a la caída de la República, cuyos rostros, atuendos, filas, pertenencias, acabamos de ver en la exposición. Las gentes anónimas y las personalidades. Pocos volvieron. Un torrente de desesperación recibido por la gendarmerie y distribuido por los campos de internamiento del sur de Francia en condiciones que han sido registradas para siempre en las fotos de Agustí Centelles y los dibujos y grabados de otros artistas. Acierto inmenso del museo es exponer en paralelo la tragedia y la desesperación del exilio con los fastos de la España fascista triunfante. La que hemos heredado.
Un mal día. Ya en la frontera nos llegan las noticias de atentado en Barcelona. Sobre él acabo de subir un post con un trozo de la 3ª sinfonía de Gorecki, que es lo que se me ha venido a la mente al enterarme de esa barbaridad. Luego han empezado a aparecer mensajes en los medios y muy duras polémicas, con verdadera crueldad a veces. Y muy ilustrativas del debate público y el funcionamiento institucional. La comparecencia de Rajoy se demoró hasta pasada la media noche y para decir las obviedades y perogrulladas que suelta habitualmente, algunas directamente absurdas. Por ejemplo, sostiene que la victoria frente al terrorismo se consigue mediante "unidad institucional", justo esa que él no ha conseguido forjar porque un par de horas antes comparecían por su parte Puigdemont, Junqueras y Colau, en ausencia del delegado del gobierno, que fue a recibir a Rajoy al pie del avión. Una perfecta exhibición de una dinámica de dos países.