dimecres, 22 de març del 2017

Los nenúfares y los intelectuales progres

Uno de los trozos más profundos y conmovedores de El cuento de nunca acabar, de Martín Gaite, se titula "Divagación en torno a los nenúfares" y arranca con la conocida (seguramente apócrifa) anécdota de Miguel de Unamuno y Amado Nervo sobre los nenúfares que este menciona en su poesía. El relato desvela alguna de las claves más íntimas de esta íntima escritora y toma pie en un encuentro con un antiguo amigo, profesor cuyo embeleso con la gramática generativa chomskyana, muy de moda por entonces, trae a la autora el recuerdo de los nenúfares de Unamuno/Nervo y le inspira este trozo final que Palinuro reproduce con enorme admiración:

"La mayor parte de los 'intelectuales' -palabreja a la que, dicho sea de paso, tengo gran antipatía- plagan sus discursos de nenúfares. En nenúfares se convierten, pongo por ejemplo, la libertad, la condición de la mujer o la justicia social para quien al mismo tiempo que elabora peroratas más o menos brillantes sobre dichos asuntos, no se entera de que está tiranizando a los demás, es incapaz de hacer un esfuerzo para hacerle la vida agradable a la mujer concreta que tiene a su lado o no ve en la miseria y necesidad de los seres con cara y ojos de su más próximo entorno sino una inoportuna interrupción que obstaculiza su carrera magistral de redentor del género humano. Nenúfares son todas las abstracciones en letra mayúscula que tanto impresionan lanzadas desde el Parlamento, la cátedra, la televisión o la letra impresa, pero que a nadie le cuentan nada que pueda traer al recuerdo para sentirse confortado en el callejón sin salida de sus noches de insomnio, nenúfares los pretextos en nombre de los cuales se emprende una guerra para redimir a una humanidad cuyos miembros no se vacila en dejar sangrientamente diezmados; nenúfares la paz, la dignidad, la comunicación y el amor; nenúfares muertos, sapos disecados sobre el manto de tan solemnes predicadores." (El cuento de nunca acabar)

Carmen Martín Gaite murió el 23 de julio de 2000.

La imagen es un dibujo a lápiz (2014) de Alexandra Pociello bajo licencia de Creative Commons.