dimarts, 29 de març del 2016

Plus ultra

Poca originalidad mostrará hoy quien se moleste en decir que los medios de comunicación mandan mucho en nuestra sociedad. Mandan tanto que no solamente dan cuenta de la realidad, sino que la adelantan; no solo narran lo que hay sino lo que vendrá. En este caso, los amigos íntimos de Susana Díaz deslizan en oídos sedientos de novedades la especie de que la presidenta de Andalucía ya tiene tomada la decisión de reñir la secretaría general del PSOE a Pedro Sánchez. No es una realidad sino una premonición, quizá un globo sonda, como suelen llamarlo los expertos en comunicación política. He aquí, quizá, el inicio del proceso (o su continuación, según se mire) de fabricación de una líder.

Casi simultáneamente a esta especie de vaticinio se produce la noticia de que el PSOE aplaza su congreso a después de las nuevas elecciones de junio que ya todo el mundo parece ver como inevitables. Al peón de blancas que avanza Díaz responde Sánchez avanzando el de negras. Pausa. Habrá que ver qué sucede ahora. La intención de ambos está clara y el resto de los medios deduce que, al aplazar el congreso, Sánchez aplaza el duelo. Entre tanto pueden pasar más cosas, por ejemplo, aunque maraville solo el pensarlo, que se constituya gobierno de aquí a unos días. ¿Quién sabe? Los designios del Señor son inescrutables y los de sus criaturas más inescrutables, hasta para su Creador.

En todo caso, si Díaz quiere "dar el salto", sus razones tendrá. Muchos objetan que lleva un año de presidenta en Andalucía y no ha hecho aún gran cosa. Pero eso no significa nada. Si quiere puede justificarse diciendo eso tan habitual de que ha hecho mucho pero ha comunicado poco. Yéndose de Andalucía a un nivel superior seguirá pudiendo hacer mucho por su tierra; quizá más que quedándose en ella. La angostura del mandato autonómico es una de las quejas más habituales de las CCAA que quieren ser Estados. Es una aplicación de un principio universal de la lógica según el cual "donde cabe lo más, cabe lo menos" y lo contrario no es necesariamente cierto.

Díaz está en su perfecto derecho de postularse y los observadores en su deber de no enjuiciarla más que en los términos pragmáticos de su racionalidad instrumental o adecuación de los medios a los fines. Palinuro confiesa tenerlo fácil porque carece de preferencias entre las dos posibles opciones, Sánchez/Díaz. Las dos a su juicio dejan mucho que desear. Díaz viene rodeada de una fama de folklórica andaluza que chirría al norte de Despeñaperros, cuando no levanta sarpullidos. Eso de los cirios en las procesiones, los pasos, los nazarenos, las vírgenes, el redoble del tambor y los caballeros legionarios pone los pelos de punta. Excusado decir el refuerzo esencialista y tradicional a la doctrina del PP y Wert en concreto de que las corridas de toros son patrimonio cultural subvencionable. Sus ideas sobre la organización territorial del Estado caben en un rebenque. Del resto, si hay resto, similares cuitas.

Pero, por otro lado, Sánchez, que se estrenó con una bandera rojigualda de aznarinas dimensiones, impuso como consigna de la campaña ¡Más España! y homenajeó a Lázaro Cárdenas en México D.F. con una ofrenda floral con los citados colores, parte de una concepción mononacional de España tan cerrada como la del PP. O más, quizá por necesidad de supuesto converso ya que, al fin y al cabo, estos socialistas tienen sus puntas de federalazos. Referéndum, no. Es ilegal. Si quieren ustedes, reformamos la Constitución (dentro de un orden) para que se sientan ustedes a gusto y no se aflijan porque no les dejamos ser lo que quieren ustedes ser. Así, me temo, no vamos a ir muy lejos.

Se entiende la indiferencia de Palinuro. Si hay pugna, que gane el/la mejor.  

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Leo que el okupa de La Moncloa, gobernante en rebeldía, comparecerá en sede parlamentaria a informar sobre el Consejo europeo. Pues con lo soberbio que es este hombre, auguro una comparecencia sonada. Seguro que trata a Sánchez de Ruiz.