dissabte, 3 d’octubre del 2015

La rata esencia.


Rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros de los viernes. El tema, el habitual: la corrupción de los miembros del partido del gobierno. Tras haber soltado sus melonadas sobre cómo todo el mundo debe cumplir la ley menos ellos, Sáenz de Santamaría escucha atentamente las tranquilizadoras palabras del ministro de Economía. Muy tranquilizadoras: en Bankia ya no se roba y el sistema financiero español es sólido. Los de Standard & Poor han echado una manita subiendo el ranking hispano. Y seguramente no nos habrá salido demasiado caro comprar el favor.

En cuanto al presunto ladrón de Bankia, el ex-ministro, ex-vicepresidente del gobierno, ex-director del FMI, Rato, ha quedado reducido a una intrincada forma filosófica, lo otro. Carece de corporeidad. Como cuando Rajoy se negaba a pronunciar el nombre Bárcenas. Guindos tampoco reconoce la personalidad de aquel con quien ha tratado en numerosas ocasiones, como se ve a través de muchas fotos e imágenes. Es una realidad fantasmagórica. Llega en forma neutra, como lo, un universal, como lo bello o lo bueno, pero un universal ignoto. Nadie conoce hoy a Rato salvo el ministro del Interior. Y este, en el secreto de la confesión.

Lo otro es un pájaro que presuntamente lleva toda su vida, al menos la pública, estafando a sus compatriotas y viviendo a cuerpo de rey del resultado de sus supuestos delitos. En esto no se diferencia gran cosa de muchos otros compañeros suyos de partido y fechorías: el que no se ha robado un palacete ha trincado unos millones de adjudicaciones falsas. Algunas de sus mangancias son alucinantes. 40.000 euros al mes por asesoría verbal a no sé qué otro ejemplar sinvergüenza que, a su vez se embolsaba los millones fraudulentamente. Y ello mientras se levantaba dos millones de pavos al año por cargarse Bankia. Esas asesorías verbales eran también práctica socorrida del actual embajador en Londres, Trillo, y el diputado Pujalte que cobraban una pastuqui por tal concepto teniendo dedicación exclusiva en el Congreso. Cobrar 40.000 euros al mes por charlar un rato con un empresario en un bar con unas gambas quizá sea el mejor retrato de la Marca España. A ser posible. uno de esos mesones que lucen un garrote colgado en la pared y un retrato del Caudillo en alguna parte. Esta es la esencia del país, la corrupción desde el poder y en el poder. Rato personifica la esencia del país. La esencia de Rato, la rata esencia.

Pero no haya cuidado pues las palabras del ministro han sido tranquilizadoras. Ha dicho que el sistema bancario es sólido y que, de lo otro ya se ocupan lo tribunales. ¿Y cuál es el crédito del ministro? Pues exactamente el mismo que el de Zapatero cuando en 2010 afirmaba que nuestro sistema de cajas era sólido y el del propio Rato, a su vez ministro de Economía antes que este ministro de Economía. El mismo crédito. Es decir, ninguno. De ese modo, cuando dentro de un par de años el ministro de Economía se refiera al De Guindos de hoy como "lo otro", no será causa de excesiva sorpresa.