De pedigüeño trató Aznar a Felipe González cuando este negociaba los fondos de cohesión de la UE hace años. Hoy, y en las antípodas, Rajoy le sablea un saludo forzado a Obama en el G-20. No está mal. El país ha pasado de ser "pedigüeño" a ser "sablista". Es el imparable ascenso de la Marca España. La imagen que publica el periódico es demoledora para el autoaprecio nacional. Obsérvense los dos o tres primeros minutos del vídeo. El gesto obsequioso del español, la displicencia del inglés, la sorpresa contenida del gringo. Relaciones internacionales en estado puro.
Y nacionales. La reunión australiana del G-20 ha venido a Rajoy de perilla para poner tierra y océanos por medio del problema que tiene en casa y no sabe resolver. Pero su condición moral e intelectual lo delata. El hombre que trata a los soberanistas catalanes (cuando menos, 2,2 millones) hostil y despreciativamente; el que manda a la gente al paro o a la emigración; el que rebaja todas las prestaciones sociales de todo tipo, recorta la sanidad, la educación, las pensiones, abandona a los dependientes y maltrata a los inmigrantes; el que es duro y despiadado con los débiles, es un tiralevitas con los poderosos.
(La imagen es una captura del vídeo de Público.es)