diumenge, 18 d’agost del 2013

Estrategias de agosto.


Compás de espera en la canícula. Están todos repartidos por los chiringuitos de las playas. La televisión, el ágora contemporánea, languidece y ¡hasta hay quien no la mira! Prefieren gandulear en bermudas por los paseos marítimos. Vuelven los extraterrestres esta vez a Nevada, EEUU y aparece una momia anterior a Tutankamon en un lago de Irlanda. Las serpientes de verano vienen a pares: un calamar de 80 kilos en España y un animal desconocido en el Orinoco.

Fallece Gervasio Puerta, presidente de honor de la Asociación de ex Presos y Represaliados Políticos Antifranquistas a quien Palinuro, como ex-preso político antifranquista, rinde tributo. Fallece también Rosalía Mera y se enciende un debate en la izquierda sobre el juicio que su vida merece. Empezó de explotada y terminó de explotadora; pero mantuvo una actitud abierta, progresista, solidaria que muchos dan por buena y otros cuestionan como una treta empresarial más. Es un asunto complicado. Recuerda aquella rotunda afirmación de Eugene V. Debs, el socialista yankee, cofundador de la IWW: "Cuando ascienda, será con el pueblo y no desde el pueblo".

Bebiendo mojitos los políticos consultan en sus tablets los datos de Toharia en El País, según los cuales, hay un desplome de la política. ¡Qué van a decirles a ellos cuando los índices de popularidad de los ministros y líderes de gobiernos y partidos son pésimos! Hay que atajar este desprestigio de su oficio. Conviene elaborar alguna estrategia. Pero habrá de esperar porque antes hay tres cuestiones que nadie sabe cómo pueden terminar y, por lo tanto, requieren toda la atención.

El contencioso catalán. La efervescencia nacionalista/independentista es llamativa. Se ha creado una conciencia, una expectativa común de que el principado está en un punto de inflexión de su historia. La comunidad imaginada se torna objetivo factible, se genera una mística nacionalista que tiene una fuerza muy considerable. Para la próxima Diada -y falta menos de un mes- están preparando un acontecimiento que tendrá impacto mediático internacional: una cadena humana que cruce toda Cataluña, de Sur a Norte, un gesto en pro de la independencia que servirá para apoyar las medidas  para propiciar la consulta. Frente ello el gobierno español -y el nacionalismo español en su conjunto, pues incluye a la oposición mayoritaria- no tiene nada que decir, salvo recordar que cualquier medida catalana unilateral será inmediatamente recurrida ante el Tribunal Constitucional. Dudo de que comprendan el carácter del problema al que se enfrentan y así se ve en la confianza depositada en un órgano, como el TC carente de legitimidad, entre otras cosas por su presidente.

El contencioso de Gibraltar. Si fue una cortina de humo para que no se hablara de la corrupción del PP y su gobierno, ha sido un fracaso. La única forma de que funcionara sería llevándola al paroxismo, con algún tipo de enfrentamiento militar obviamente desaconsejable para España en todos los sentidos. Al verse obligado el gobierno a encarrilar el conflicto por la vía de las medidas administrativas, la diplomacia, las negociaciones, desactiva esa urgencia, esa premura, esa violencia que harían en verdad de cortina de humo. Y dejan más evidencia lo que pretende ocultar, al tiempo que se imbrica peligrosamente con la cuestión catalana. Los llanitos tienen un aliado en los independentistas catalanes y viceversa. No sé para qué quiere Rajoy los 600 asesores (que costarán una pasta) si no son capaces de hacerle ver lo que ve cualquiera en la calle.

La caja B del PP. Ese es el problema real, el que tiene todo en suspenso, el que depara sorpresas diarias, el que obliga a concentrar todas las energías en hallar estrategias que permitan resistir. Rajoy, que ha mentido al Parlamento más de lo que ha hablado en él, espera retornar en septiembre habiendo bajado la marea de forma que pueda escurrir el bulto de la obligada nueva comparecencia en donde tendrá que edificar un nuevo castillo de mendacidades para ocultar las anteriores.
 
Puede ser si, de aquí a entonces, no afloran datos nuevos que lo impliquen más en un pringue en el que está hasta las cejas. No solamente conocía y amparaba los inenarrables chanchullos de su partido sino que, al parecer, se beneficiaba de ellos y mantuvo el contacto con el principal implicado -ese cuyo nombre estuvo siete meses sin pronunciar en público-, a pesar de haberlo negado, en un espíritu muy similar al de la omertà. "Luis, sé fuerte". O sea, cállate como me callo yo que ni tu nombre pronuncio. Más o menos.
 
Corren decires de que también puede Rajoy estar preparando cambios en el partido y hasta en el gobierno. Otra cortina de humo. Más bien, visillo. No servirá de mucho, primero por falta de cantera y, segundo, porque la pieza por cambiar, en realidad, es él mismo.
 
¿Y la oposición? Jugando a favor del gobierno. Mantiene en conjunto la petición de una comisión de investigación sabedora de que no servirá de nada pues no se producirá y, si se produce, mejor sería que no se hubiera producido. El PSOE parece estar arrugándose en la moción de censura y anda tonteando con una reprobación a Rajoy carente de sentido. La moción ha de presentarse y el hecho de no ganarla no le resta importancia simbólica e informativa. La necesidad de presentar un candidato alternativo no es óbice. El candidato es Rubalcaba, sin perjuicio de quién pueda serlo luego en las elecciones generales. Además, el PSOE no puede seguir ignorando que la oposición no solo se hace en el Parlamento (en el que está reducida a la mínima expresión) sino también en la calle.
 
IU pide sin más la dimisión del presidente y la convocatoria de elecciones anticipadas. Suena muy razonable, pero la coalición carece de medios para imponerlas. Su negativa a secundar una moción de censura del PSOE y su insistencia en las elecciones anticipadas (muy en la cresta del vaticinado aumento en la intención del voto en los sondeos)  muestran que, para IU, el verdadero adversario a quien hay que batir es el PSOE. Toda idea de unidad de la izquierda es anatema sobre todo si se pretende incluir a los socialistas. Ha retornado a la estrategia del sorpasso en lo que, a juicio de Palinuro, es una visión cortoplacista y errónea. Así, mientras la izquierda dirime sus divisiones con más divisiones, la derecha gobierna el país real.  
 
O lo que va quedando de él.