dimecres, 17 de juliol del 2013

Apuntes barcénigos.

Pedro J. está otra vz en guerra con el gobierno. Ha convertido la dubitativa moción de censura de Rubalcaba, quien ni siquiera le ha puesto fecha, en fulminante. Ya veremos, Júpiter, ya veremos.

La moción de censura está pensada para que no se interponga y, si se interpone, fracase. Por eso se llama constructiva. Tiene que incluir el nombre del candidato de reemplazo. Y ahí está el truco: en que, como siempre fracasa, da igual el nombre del candidato. Podría ser Rubalcaba. Claro que si los diputados del PP tuvieran sentido del humor, igual votaban a favor, la moción triunfaba y, bueno...

Rajoy habla a los empresarios con la decisión y claridad que niega a la opinión. Y se reúne con ellos dos horas, diez veces más tiempo del que ha dedicado a comparecencias públicas. Ahora ya sabemos que todo ese "cumpliré el mandato" y tal es que no piensa dimitir y que seguirá gobernando y haciendo reformas, entre las que los empresarios, siempre a lo suyo, le han pedido que meta mano a las pensiones.

Que la estabilidad política enamore a los empresarios españoles es posible y probable. Que los empresarios españoles enamoren a la estabilidad política es más dudoso.

¡8,4 millones de euros en dinero negro! 1.400 millones de pesetas. De los que 1.000, según parece, se los llevó en persona Correa, según vocifera en alguna cinta telefónica el maduro galán de la Gürtel. En todo caso, una pasta en dinero negro. Tanta que algún medio se ha permitido un chiste al afirmar que Barcenas (o el PP, vaya uno a saber) pagó con dinero negro la campaña de Severo Moto en Guinea. Los demás medios han sido más políticamente correctos y han hablado de dinero de la caja B.

El responsable de la difusión viral de la contabilidad B del PP es Anonymous y el PP se ha querellado contra él o ello o lo que sea Anonymous. No se ha querellado contra Bárcenas que, a pesar de ser también anónimo, pues carece de nombre, es res extensa que en este momento reposa en Soto del Real.

¡Qué estafa tan bien montada y pensada para durar muchos años, como así ha sido! Veinte. El PP se montó desde el principio como una doble estructura paralela, un partido político y una máquina de extraer y repartir rentas por prácticas corruptas y clientelares basadas en el principio de Io ti do una cosa a te, tu mi dai una cosa a me. Tu me das un donativo y yo te doy un contrato. El dinero de los donativos (8,4 millones de uracos) iba a pagar las campañas electorales del partido y a llenar los bolsillos de los capitostes en forma de sobres.

Esos sobres, esos sobres de ubicua presencia que nadie reconoce haber visto pero todos anhelaban. Eran como el santo grial, que nadie sabía que forma tenía. Igual que los sobres. Podían ser de estraza, blancos, de papel reciclado o tomar forma de cajas de puros. ¡Qué más da la forma! Lo que importa es la substancia.

Rajoy promete seguir observando el pacto de silencio, aunque Bárcenas parece decidido a romperlo, quizá aconsejado por su nuevo defensor, el ex-juez Gómez de Liaño, cuya primera recomendación parece haber sido que su cliente no tire de la manta. El lenguaje suena poco de letrado. ¿O quizá es un farol, para amenazar con una manta inexistente? En este juego, ¿alguien dice la verdad alguna vez? Hablan todos; pero decir, solo dicen los papeles.

Aznar está callado como una tumba. Y no hablemos ya de Arenas. Ese está en la tumba y recordando los fastuosos días del Palace y las comilonas a 2.000 euros, una especie de remedo andaluz de aquel palyboy al que se parece físicamente, Tony Franciosa. En cambio vuelve Trillo de las sombras, como un fantasma de un fondo de tragedia shakesperiana, en una noche desapacible con el campo sembrado de cadáveres. Trillo a quien, supuestamente, hubo que "compensar" por el lucro cesante al dejar de ser presidente del Congreso. Y menos mal que solo llegó a presidente del Congreso, si lo hubiera sido del Chase Manhattan, el PP tendría que salir a buscar la "compensación" con un trabuco por los caminos.

Lejos de callar, María Dolores de Cospedal habla por los codos. Contraviene así las expresas órdenes de la jefatura. Vuelve al gesto adusto y la amenaza, aunque no a un verbo más claro. Ella bien quisiera ser la doncella Placerdemivida pero no pasa de Condesa Trifaldi, por otro nombre, la Dueña Dolorida. En cuanto a las barbas, como siga así, todo se andará.

El caso Palau, los EREs andaluces tienen también su aquel y terminan por demostrar que, en donde los partidos se instalan continuadamente en el poder, lo corrompen o se dejan corromper por él. Pero son dos casos más de corrupción al uso, especializados, por así decirlo, el caso Ferrovial y los sinvergüenzas de los EREs. La historia Bárcenas-Gürtel, pues es una misma historia, trasciende lo específico y se convierte en leyenda, en institución. Aquí no hay uno, dos, tres delitos concretos. Aquí hay una forma de vida delictiva mantenida a lo largo de tantos años que, quienes disfrutaban de esa existencia de ensueño, se creían impunes, intocables, dioses. Cobraban lo que querían y cuando querían. Viajaban gratis total con la familia a los lugares más exóticos, iban en yates, de safari en el África, cazaban renos en Laponia. Y, al tiempo, enchufaban a sus parientes y amigos a cientos en las diputaciones, construían aeropuertos sin aviones, autopistas sin coches, museos sin obras. Todo por las comisiones. Se llevaban la pasta de las cajas de ahorros concediéndose créditos a sí mismos y jubilaciones fabulosas y, cuando no quedó dinero, saquearon el de la pobre gente a base de preferentes. Una historia de gobernantes, caciques, nobles ladrones, ladrones plebeyos, curas codiciosos, logreros y corruptos. Una historia de España.

No es una crisis. Es una estafa. Y está claro quiénes han estafado a quiénes.