dissabte, 2 de febrer del 2013

De uno en uno, con las manos en alto.

Por fin se cierra la trampa sobre el zorro. Los papeles de la Gürtel engarzan a la perfección con los de Bárcenas. Los han pillado. La partitura y el guión están completos y la escena que ofrecen es terrorífica. Con la primera salva de Bárcenas, sale la señora Cospedal, bastante fuera de sí, a amenazar a la ciudadanía. De Rajoy, en cambio, solo se ha sabido su ausencia y su silencio. Le han preguntado en público si cobraba sobres en negro y todavía no ha contestado. Y mira si es sencillo decir sí o no. Claro, no es tan sencillo, sobre todo si es sí. Para seguir con la danza, según parece, la señora Ana Mato, la que no veía un Jaguar en su garaje pero sí el copago en las recetas, vivía a cuerpo de reina a cuenta de la red Gürtel, cosa reiteradamente negada por ella.

Pero estos son casos concretos. Hay un clima general de frustración, de rabia, de indignación que va encendiéndose por días según se conocen los detalles de este piélago de corrupción. La "clase política", sección derecha, pues esto es un asunto exclusivo del PP, aparece como una manga de corrupt@s que cobran dos o más sueldos, dietas indebidas, sobresueldos a pelo o en sobre y comparten el expolio con una red de amig@s, parientes, allegad@s y compañer@s de partido a fuerza de enchufes, por decenas, por cientos, como en Ourense. Es un festín que evoca de inmediato el banquete del Rey Baltasar, el comienzo de su caída por designio divino. Aquí no interviene la mano de Dios o, si lo hace, no vamos a enterarnos, sino el aguante de las personas. Si no sé con qué cara va Rajoy a verse con Merkel el lunes, menos sé con qué autoridad va a pretender el gobierno imponer las próximas medidas de austeridad y rigor. ¿Con qué legitimidad pueden pedir sacrificios, moderación salarial y resignación cristiana gentes que supuestamente se lo llevan crudo?

Rajoy está, como siempre, bravamente desaparecido, cual corresponde a la concepción postmoderna del liderazgo. Hoy pretende escenificar una de esas ceremonias de idiocia que le salen tan bien y en donde no se admiten preguntas. Es para pellizcarse. No se admiten preguntas. En una situación en la que está en juego la honorabilidad de la persona y la respetabilidad del cargo, no se admiten preguntas. Es obvio, el presidente del gobierno carece de toda idea de dignidad pero, llegados a este punto, es preciso plantearnos (a nosotros mismos, pues contestamos) algunas cuestiones. Si el presidente del gobierno incumple tan flagrantemente su deber de dar cuenta de sus actos, ¿no habrá nadie en el PP que se lo recuerde? ¿Se espera, en cambio que los demás cumplan con el suyo, que los médicos curen, los abogados defiendan, los profesores enseñen, los periodistas informen, los policías mantengan el orden público? ¿Por qué? ¿Con qué ejemplo? ¿Con qué autoridad?

Cuando comparezca, Rajoy lo hará como un hombre con una mancha en el honor, de esas que antaño, según la recia moral castellana, solo se lavaban con sangre. Ahora, al parecer, no hace falta la sangre porque, sencillamente, no se lavan. Si, a pesar de no admitir preguntas, en su alocución, Rajoy no responde a la que ya se le ha hecho públicamente de si recibió o no sobres, saldrá de su comparecencia con el honor más manchado aun. Cierto, no debemos convertir los piques de honor en código de conducta; pero mucho menos los de deshonor. Porque, además, este empieza a rozar el esperpento valleinclanesco. ¿Pues no resulta ahora que, al parecer, Rajoy tampoco se pagaba sus trajes? Por eso sostuvo siempre a Camps hasta el final. Era su alter ego, una afinidad electiva a lo Beau Brummell.

Gobernar en democracia no es que a uno lo elijan para hacer lo que le dé la gana los cuatro años siguientes, incluso saltarse la ley, si llega el caso. Gobernar en democracia es, sobre todo, predicar con el ejemplo, porque solo así se consigue el objetivo de que los gobernados respeten a los gobernantes. Y no es el caso ni por asomo. El partido como tal, importantes miembros del gobierno, cargos en todas las instituciones a todos los niveles parecen estar involucrados en esta gigantesca red de corrupción en donde se expoliaba y supuestamente se sigue expoliando el erario público a mansalva. Tod@s l@s polític@s involucrad@s en esta red mafiosa están deslegitimad@s para gobernar.No son respetables.

 Realmente, aunque ya sea solo por sentido del ridículo, el gobierno como Dios manda debe dimitir cuanto antes, disolver y convocar elecciones. Urge poner al mando quien sepa lo que hace y se interese más por el interés general que por su propio beneficio y el de sus amig@s.

Por cierto, change.org tiene abierta una campaña para conseguir un millón de firmas pidiendo la dimisión de la cúpula del PP. En el momento de escribir esto llevábamos 600.811. Seguro que llegamos al millón. Y lo pasamos. Es un record para el Guinness: el presidente que más votos negativos expresos ha recibido en la historia de la humanidad. Es la ciberpolítica.