Luis María Anson acaba de publicar un artículo en El Mundo que he leído reproducido en El Imparcial pues el otro pasquín ni lo abro, en el que da consejos no solicitados al PSOE. Que un hombre tan visceral como interesadamente contrario a la izquierda pretenda pasar por analista objetivo cuando no ha hecho otra cosa que atacar a aquella por todos los medios a su alcance, incluidos los conspirativos, resulta chocante.
Comienza Anson diciendo que los acontecimientos del 11 de marzo de 2004 están todavía tan turbios pues el viejo zorro sabe en dónde escribe y a quién conviene tener contento si quiere cobrar sus infumables piezas. A este respecto, Anson se parece a Treshorras. Igual que este se declaraba dispuesto a contar la guerra civil mientras El Mundo siguiera pagándole, Anson está dispuesto a ver la mano de ETA y de los proetarras en donde El Mundo le diga porque le va en ello la nómina al académico.
Luego de repetir la consigna de la más extrema derecha de "presidente por accidente", Anson emplea tres cuartas partes del artículo en hacer un balance de las dos legislaturas de Zapatero dictado por su espíritu cerradamente retrógrado y la más hipócrita de las carcundas. Así, cuestiones como la del aborto, la igualdad de género o los matrimonios homosexuales, lejos de ser reivindicaciones de cualquier izquierda se presentan como concesiones a la extrema izquierda comunista. Igualmente reproduce como un papagayo las excusas del PP para justificar su política de enfrentamiento radical y a degüello con el PSOE que puso en práctica Rajoy: que el partido socialista había roto "los consensos de la transición". Una mentira tanto más desvergonzada cuanto que esos consensos no existen y no hay una sola prueba de ellos. Puede decirse que se trata dce consensos "implícitos", pero eso no es decir nada. Implícito puedo yo llamar a un consenso entre israelíes y palesinos.
Da la impresión de que el autor haya hecho copypaste con párrafos de otros artículos, los haya juntado y se prepara para cobrar su estupenda pieza, como diz que hacía González Ruano.
Pero el último párrafo trae algo nuevo. A pesar de Zapatero, concluye Anson, España necesita un PSOE "robusto". No es verdad. Nadie de derechas (y tampoco a la izquierda del PSOE, por cierto, allí en donde habita "·la pinza") piensa así y cuando lo dicen es porque persiguen aniquilarlo. En el caso de Anson, ¿cómo? Proponiendo a Bono como Secretario general. Anson sabe que, con Bono al mando, el PSOE sería lo más parecido al PP que hubiera y, por eso, es de esperar que nadie le haga caso.
Conociéndonos todos como nos conocemos en este mentidero, ¿qué quiere Anson con su propuesta? ¿Cargarse las posibilidades de Bono o ayudarlo de verdad a conseguir la Secretaría General del PSOE para así hundir a este para siempre?
Pues no se sabe. Dependerá de lo que Bono le haya dado y prometido a cambio.
(La imagen es una foto de Chesi - Fotos CC, bajo licencia Creative Commons).