El gobierno acaba de suprimir la dotación presupuestaria de la memoria histórica. No hace falta escuchar sus razones que, como siempre, son mentiras. Los herederos ideológicos de los fascistas sublevados en 1936 no quieren que se sepa la verdad de las atrocidades que, durante años, perpetraron los suyos contra un población indefensa. Quieren que los asesinados y enterrados en fosas comunes ahí sigan, que no se averigüe el destino de decenas de miles de torturados, violados, asesinados, que se eche en olvido, que no se recuerde y, de paso, que las víctimas y sus parientes y allegados se callen y traguen con su infortunio hasta el fin de los tiempos.
Garzón acaba de decir con mucho tino que no se puede construir el futuro sobre cientos de miles de víctimas. Ni el futuro, ni el presente, ni nada. Pero los neofranquistas en el gobierno pìensan que, si tuvieron 40 años de cristiana "placidez" en un país sembrado de cadáveres, ¿por qué no algunos más?
Los herederos ideológicos de los vencidos en 39, tengamos o no allegados entre los asesinados, tenemos un deber moral de acudir en defensa de una causa justa: la reparación de aquella infamia. Los trabajos de la memoria histórica deben continuar e, incluso, intensificarse. Por ello Palinuro propone la creación de un Fondo Social de la Memoria Histórica que puede empezar en las redes como una campaña de crowdfunding y tratar luego de ampliarse solicitando subvenciones de organismos nacionales e internacionales que atiendan a un principio de equidad, justicial y moral que el gobierno de Rajoy ha pisoteado.
Se ruega a las personas interesadas hagan saber su disponibilidad. Para ello sugiero se busque a Palinuro en Facebook y se le haga saber si tenemos la base suficiente para echar a caminar el proyecto que, si cuaja (¡ojala!,) pondremos en manos de quienes noble y desinteresadamente han estado trabajando todos estos años por la memoria histórica.
También sugiere Palinuro crear un hashtag #memoriahistórica o algo así en Twitter para dar a conocer la iniciativa y recaudar la ayuda.
Vamos a responder a la nueva provocación de los neofranquistas y nacionalcatólicos.