En la Unión Europea se cuentan chistes sobre Rajoy. Por ejemplo, este: "¿Sabes por qué Rajoy nada en el fondo de la piscina? Porque en el fondo no es tan tonto." Es la fama que ha cosechado en siete meses de mandato. Y no es cosa anecdótica o circunstancial, no. En el ánimo de los demás manadatarios europeos está la idea de que Rajoy es un perfecto inútil y bastante corto de mollera. Justo la misma que hay por aquí entre círculos bien informados. Hace unos días, en una intervención parlamentaria memorable, el eurodiputado euroescéptico británico Nigel Farage llamaba a Rajoy el lider más incompetente de toda Europa y ahora es la agencia Reuters la que afirma que, a juicio de los dirigentes europeos que asistieron a la última cumbre de Bruselas, Rajoy es un dirigente torpe, pésimo. Debe de tratarse de una típica manifestación del Understatement británico porque se queda bastante corto. No es que sea "torpe" o "pésimo" es que es algo peor que los españoles conocemos bien: el típico tonto que se pasa de listo. En otros términos, si los europeos tienen ya bastante calado al hombre no tardarán en darse cuenta de que su mayor ineptitud consiste en no darse cuenta ni por el forro de que a los europeos no puede engañarlos como a los españoles. La desgraciada diferencia es que ellos no tienen que sufrirlo ni escucharle sus farfulleos y nosotros, sí.
(La imagen es una foto de La Moncloa en el dominio público).