La prima de riesgo se dispara en toda Europa de nuevo y llega a los 400 puntos en España. "Bueno", piensa Rajoy, "mientras la italiana esté en 530 hay margen". En Bruselas no confían en las medidas españolas en contra del fraude fiscal. "Y eso", sigue diciéndose Rajoy, "que no les hemos dicho que recaudaremos menos que los sociatas". Fabra tiene que renegociar la Fórmula 1 que Camps colgó del cuello de los valencianos a cambio de una pila de millones de euros. "¿Yo dije que haría con España lo que Camps con Valencia? También dije que no subiría los impuestos. ¿Y qué? Las palabras se las lleva el viento". Euskadi y Cataluña ya se han declarado en rebeldía preventiva frente a la intención expresa del gobierno de fiscalizarles los presupuestos. "Ya avisé a Montoro de que eso iba a levantar ronchas. ¡Menudos son los españoles! Sobre todo los que dicen que no son españoles".
Vistas las cuestiones con esta holgura y este distanciamiento, es lógico que el presidente del gobierno asista a la Pascua Militar. Vestido de chaqué, el atuendo que más aproxima al hombre a la figura del pingüino y le da la cómica solemnidad del pájaro bobo, presenció esa ceremonia de lustre castrense que parece sacada de un álbum de fotos sepia de otro mundo u otra era. Allí volvió a oírse hablar al Rey de principios éticos, con esta manía suya de mentar la soga en casa del ahorcado. El Rey decía "ética" y el auditorio escuchaba "Urdangarin".
Pero podía escuchar muchas otras cosas. La ética tiene indignada a gran parte del país. Nadie entiende cómo pueden cobrar millones de euros los directivos de las entidades financieras que las han llevado al desastre. Y tampoco cómo pueden hacerlo los que no las han llevado al desastre. El sueldo de 2,4 millones de euros de Rato en Bankia, teniendo en cuenta que el banco no es suyo y que está ahí por una decisión política, es también desmesurado y falto de ética.
Los miles de millones de euros que se lleva la iglesia católica merced a una serie de privilegios manifiestamente inconstitucionales son otras tantas bofetadas a la ética. En un tiempo de empobrecimiento y angustia generales en el que todo el mundo padece recortes, la iglesia está exenta y de ella no sale ni un mínimo gesto de solidaridad. Las obras de Cáritas están ya en su presupuesto.
Nadie entiende tampoco por qué los políticos siguen siendo una casta privilegiada, con la fabulosa capacidad de fijar ellos mismos sus ingresos, desde el último alcalde hasta los primeros parlamentarios. Y con el dinero de los contribuyentes a los que se les bajan los salarios y se les suben los impuestos. Es una falta de ética evidente.
Y no sólo hay un problema de ética en el país. Lo hay también de competencia. La idea de que en democracia cualquiera puede llegar a presidente del gobierno o de comunidad autónoma es encantadora pero no conviene ponerla en práctica. El caso de la Comunidad valenciana viene aquí a punto. Valencia ha estado gobernada en los últimos años por unas personas juzgadas y/o ya condenadas por delitos, con un pavoroso déficit ético. Pero también lo ha estado por gentes de una incumpetencia rayana en la estulticia, Según parece, Canal Nou, la televisión pública de la Comunidad, órgano de propaganda del gobierno autonómico y su partido, negoció los derechos de retransmisión del la Fórmula 1, según dice El Plural por 22 millones de euros de forma no exclusiva, en valenciano y para el territorio de la Comunidad. Es decir, 22 millones del ala por el derecho a retransmitir lo que otros podían retransmitir y para una audiencia bajísima. Eso no es negociar, sino hacer el primo. Aunque como lo hacen con dinero ajeno no duele. No dolerá, pero estas cosas debieran ir a los tribunales. Si uno no sabe hacer las cosas, pero las hace y causa un grave quebranto al bien común, debe responder por ello.
(La imagen es una foto de Gobierno de España. La Moncloa en el dominio público.