¿Por qué no quiere mostrar Javier Arenas su declaración de la renta? Es de suponer que no será porque la procedencia de sus ingresos sea inconfesable pues en tal caso no podría declararlos. Tendrá que ser por su cuantía que, desde luego, es altísima. Al respecto de poco sirve haberla sustituido por un acta notarial porque en ella el probo fedatario público certifica que el político del PP se lleva un buen pellizco todos los meses; más que el presidente del Gobierno andaluz y el español. Efectivamente, el problema está en la cantidad escandalosamente alta para un país con un salario mínimo casi de hambre y uno medio que da para comer pero poco más. La cuantía, desde luego, la cuantía es el problema. Como lo es en algún otro caso suficientemente conocido, como el de María Dolores Cospedal que, hasta la fecha, ha estado ganando cantidades astronómicas que el contribuyente ha pagado para que ella haga realidad su sueño de salir de presidenta con su mantilla y peineta el día del Corpus.
Pero ¿por qué ha de ser un problema la cuantía de los ingresos de estas personalidades en un país en el que el sueldo del presidente de Bankia está en el orden de los millones? Precisamente por la procedencia, por el desglose. Tanto en el caso de Arenas como de Cospedal esos ingresos son la suma de dos o más sueldos con cargo al erario público, un hecho que mucha gente cuestiona por el volumen final del ingreso pero nadie, creo, por su inmoralidad, cuando no su ilegalidad. Y, sin embargo, son inmorales, si no ilegales.
La Ley de Incompatibilidades (Ley 53/1984, de 26 de diciembre, de Incompatibilidades del Personal al Servicio de las Administraciones Públicas) dice taxativamente que no se podrá percibir más de una remuneración con cargo a los presupuestos de las Administraciones Públicas. Sin embargo, todo el mundo parece aceptar que determinados políticos de los dos grandes partidos cuando menos (Rajoy, Arenas, Cospedal, Pajín, etc) compatibilicen dos sueldos públicos: el que les paga el órgano representativo al que pertenecen (Congreso, Senado, Comunidad Autónoma) y el que les asigna su respectivo partido por el desempeño de algún cargo orgánico en él. Asunto en el que no hay controversia alguna entre socialistas y conservadores, como siempre que los políticos descubren una canonjía que puede beneficiarlos con independencia del partido al que pertenezcan.
El busilis de la cuestión por el que estas gentes se saltan a la torera la Ley de Incompatibilidades, el subterfugio que esgrimen y todos parecen aceptar sin más es que los partidos políticos no son órganos del Estado, no son parte de las administraciones públicas sino que, de acuerdo con la más acrisolada doctrina, son asociaciones privadas. Por tanto, estos pluriempleados en época de paro general no reciben dos sueldos con cargo al erario público sino solo uno. El otro es privado.
Ahora bien, los partidos son asociaciones privadas que cumplen fines públicos y, en reconocimiento de ello, se financian casi en su totalidad con fondos públicos. Es decir, es posible que quienes compatibilizan estos dos salarios no falten a la letra de la ley pero sí a su espíritu. Y, si esto es así, se trata de una especie de fraude de ley que afecta a los dos partidos. Y si queda alguna duda, la dicha Ley es no menos taxativa al afirmar que no se reconocerá compatibilidad del funcionario (o representante político) para "puestos de trabajo que requieran la presencia efectiva del interesado durante un horario igual o superior a la mitad de la jornada semanal ordinaria de trabajo en las Administraciones Públicas". Lo único que hay que hacer ahora es ver cuánto tiempo dedicaba Cospedal al Senado (por donde no aparecía) y cuánto al partido. Y, si eso no es saltarse la ley habría que saber qué lo es.
Estos son los privilegios de los políticos a los que hay que poner fin, aunque no sea más que por decencia. Arenas no quiere mostrar su declaración de la renta. Quien no debiera mostrarse es él mismo. Ni ningun@ de l@s que cobran o han cobrado dos sueldos pagados por unos contribuyentes muchísim@s de l@s cuales apenas llegan a fin de mes.
(La imagen es una foto de PP Madrid, bajo licencia de Creative Commons).