Hace tiempo que la campana viene repicando a difuntos por Rodríguez Zapatero. Cada nuevo error, o rectificación, o tropiezo del Gobierno que preside, en lo interior o exterior se interpreta en modo de fuga en el sentido literal del término. Se lo ve en trayectoría declinante, debilitado, tocado, hundido; a saber si podrá sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado (PGE), si conseguirá acabar la legislatura; así no se puede gobernar; es mejor que convoque elecciones anticipadas y se vaya.
Pero en la Música la fuga es una composición de técnica contrapuntística y, en consecuencia, lleva por lo menos dos melodías. Una es la ya reflejada; la otra, la contraria: con cada error el Gobierno aprende; con cada rectificación, se legitima; en cada tropiezo se crece. La crisis ha golpeado con especial saña, pero el Gobierno ha respondido con rapidez y contundencia. Podrá discutirse si sus medidas son más o menos de izquierda, pero está claro que han conseguido su propósito: demostrar que España no es Grecia, ni Portugal, ni Irlanda, cosa de mucho momento a la hora de calibrar la solidez de la posición internacional del Reino.
El episodio de las primarias de Madrid, se dice, ha afectado negativamente a Zapatero al haber perdido su candidata. La contramelodía rememora que el propio Presidente aceptó estas elecciones, si a regañadientes o no es aquí irrelevante; lo esencial es que las aceptó lo que implicaba la posibilidad de que su candidata perdiera. Es decir, con lo desconfiados que somos todos, sobre todo los de izquierda, quizá le hubiera perjudicado más haber ganado.
¿Y qué hay de las valoraciones populares? En la última aparece Zapatero por debajo de Rajoy. Lo nunca visto porque, además, Rajoy sigue muy bajo. Zapatero está probablemente en el nadir de su segunda legislatura. Tanto es así que varias personalidades socialistas (Barreda, Gómez y Bono por ahora) defienden la imposición del límite de dos mandatos en la Presidencia del Gobierno. La verdad es que hay razones poderosas a favor de esta idea pero también las hay en contra, como la que recuerda que, en su segundo mandato, el Presidente es un pato cojo. Y aquí arranca la contramelodía: como la decisión no se tomará ahora, el Presidente dispone de un tiempo para probar su mano por si puede ganar las elecciones de 2012, posibilidad aciaga para el PP que sostiene que Zapatero no puede garantizar la gobernación tranquila del país ni la salida de la crisis. No vamos a examinar aquí si quizá no pueda hacerlo precisamente porque la oposición le niega su apoyo. Esos reparos tienen escaso seguimiento en el PP.
Pero lo cierto es que, de nuevo contramelodía, los PGE parecen seguros y, con ellos, el agotamiento de la legislatura. Con el temporal que hay y la valoración bajo mínimos, el capitán sigue impertérrito en el puente de mando y no parece dispuesto a hacer ni una miserable crisis de Gobierno. Cuando Sáez de Santamaría afirma que los presupuestos de segura aprobación son el testamento de Zapatero no se entiende bien qué quiere decir. ¿Por qué está mal hacer testamento con lo incierta que es la vida, sobre todo la política que hoy eres ministro y mañana te ves candidato a una consejería de la Generalitat? Es posible que quiera decir que es el acta de defunción de Zapatero. Pero a la vista está que el Zapatero difunto goza de excelente salud.
Ha tenido que aguantar una huelga general en la que, al decir de los entendidos, han perdido ambos, Gobierno y sindicatos. Pero, a la vista del carácter de la conflictividad laboral en Francia, lo de España parece una balsa de aceite, y eso estará mejor o peor, pero demuestra que el Gobierno tiene controlada la situación. Quizá no la tenga tanto en lo que toca a los empresarios cuyo talante belicoso se refleja en ese exabrupto de su todavía presidente de que para salir de la crisis sea preciso trabajar más y ganar menos. En sus empresas se trabajaba más o igual y no se cobraba nada (que es el menos absoluto) y ¿no han quebrado?
¿Y la venta de España, la sumisión a los nacionalistas, el feo que se hace a Patxi López? Lo del feo a López por pactar con el PNV es igual de feo que el que hace Coalición Canaria a su socio de gobierno en el archipiélago, el PP, al pactar los presupuestos con el PSOE. Feo por feo, cada cual se queda con el suyo. En cuanto a la venta de España, los dos socios PNV y Gobierno han pactado cumplir el Estatuto de Gernika y no en su integridad. Creo que llamar "venta de España" al cumplimiento no íntegro de una norma en vigor desde 1979 desafina algo.
Y si España no se vende, los PGE se aprueban, la legislatura no se acorta, el Gobierno contiene a los sindicatos (no sé si tanto a la patronal) después de unas reformas drásticas, y las restantes se hacen, es muy posible que a fin de año se haya alcanzado con creces la reducción prevista del déficit y España demuestre que cumple sus obligaciones con la deuda. Y esa situación supondrá un punto acelerador de la recuperación prevista (lo que ya ha llevado al FMI a lanzar cohetes, prueba incontrovertible del carácter emocional de estos técnicos) como si de tratara de un efecto dominó visto en movimiento invertido.
El Bambi resultó ser verdaderamente correoso. Incombustible. No consiguen echarlo. Como pasó con González. A estos sociatas no es posible echarlos sin más, como se hizo con Suárez. Hay que ganarles las elecciones. Y de eso se trata. A poco que le sonrían los hados Zapatero ha conseguido un año, 2011, para recuperar su maltrecha imagen, cosa relativamente fácil puesto que más bajo es muy difícil que caiga mientras que, por otro lado, con el fabuloso, tentacular, turbulento caso Gürtel revolviendo aguas cenagosas todavía lo será más que remonte la popularidad de Rajoy . Si en 2011 se inicia en serio la recuperación y ETA se disuelve mientras los cargos del PP desfilan por los tribunales, ¿en qué quedarán los 12 puntos de ventaja de este partido en intención de voto?
(La imagen es una foto de galiciaefotos, bajo licencia de Creative Commons).