dissabte, 10 d’octubre del 2009

Melancolía de la excusa y la mentira.

Ahora que el sumario del caso Gürtel es parcialmente público y que ya se conocen las dimensiones de esta gigantesca trama que parece asociar a militantes y cargos del PP en todas las administraciones y niveles con una organización de chorizos cuyo objetivo es (presuntamente) esquilmar los caudales públicos y amasar fortunas que luego van a parar a paraísos fiscales; ahora que se ve cómo los imputados de la trama defraudaban (presuntamente) a todos los ciudadanos de modo sistemático burlando las normas sobre contratos del Estado para llevarse los millones, financiar ilegalmente a su partido, costearse carísimos regalos para ellos y sus cónyuges; ahora que queda claro que llevan años (presuntamente) corrompiéndolo todo y organizando todos los actos del PP que son, según propia confesión de parte, "chorizadas"; ahora que es patente que se trata de un partido plagado de presuntos corruptos, cuya acción política parece ser un mero encubrimiento de una actividad de pillaje organizado, ¿se acuerda el respetable de cómo ha ido reaccionando a lo largo de los últimos meses, según iban conociéndose sus maniobras, sus trinques? ¿Hay memoria de las mentiras y las provocaciones con que ha respondido a las noticias, tratando de dar una interpretación que lo exonerara y de cargar contra todo lo demás? ¿Hay recuerdo de cómo ha tensado la vida política democrática, deslegitimando las instituciones y cargando contra el Estado de derecho? He aquí un pequeño elenco de dislates por los que nadie espera que pida perdón pero que no conviene olvidar. Invito a los lectores a completarlo:

Ahora que vienen en cascada las dimisiones, los ceses, las destituciones, los "yo no sabía nada", "han abusado de mi buena fe", etc, etc y en tanto esperamos que se produzca la segunda oleada de ceses entre los responsables políticos de toda esta mangancia (o sea, los de los Camps, Aguirres, De Cospedales, etc) y antes de la inevitable dimisión del señor Rajoy, conviene recordar el clima de agresividad en contra de las instituciones que ha reinado en España desde que en febrero de este año se destapó el caso Gürtel, un caso que va a llevarse por delante al PP y va a presentar bajo su verdadera luz a las dos legislaturas del señor Aznar.

Y mientras tales cosas suceden, una última consideración sobre el inefable señor Camps que ayer, día de la Comunidad Valencia, y antes de verse obligado a dar una patada política en el trasero del pisaverde señor Costa, dijo en su alocución oficial que a los valencianos nadie nos ha regalado nada con lo que queda claro que, como viene sosteniendo Palinuro, este hombre debe de ser un cretino profundo o un sinvergüenza redomado o ambas cosas a la vez, cuenta habida de que, como todo el mundo sabe, a él le han regalado unos trajes y al recientemente depuesto señor Costa un coche y un reloj carísimos así como otras bicocas de acicalamiento que tanto gustan a estos petimetres.

La imagen es una foto de 20 Minutos, con licencia de Creative Commons)