¡Qué amarga es la derrota, Señora! Te han dejado a los pies de los caballos, derrengada, hundida, sin aliento. El vapuleo del sicario en la corrala madrileña el domingo ha sido demasiado para ti, Señora, que fuiste a colegio de pago. Tú, que puedes vestirte de Comunidad Autónoma como podrías de Libertad liberal, que tienes el sentido del humor de titularte lideresa, mezcla de lider y tigresa, te han ganado en chulapería, tronío y desplante. Esto no te lo esperabas cuando te pensabas reina del chotis en una sola baldosa. Aferrada a tu muñeco, tocado en la línea de flotación de la honorabilidad penal, que es como decir de la cintura para abajo en un seminario mixto, cometiste un error garrafal enfrentando al alfeñique González con el morlaco de la dehesa Rato. Eso viene de gobernar Madrid, que una se cree Carlos III, alcalde, rey, emperador. Batida a todos los vientos del Gürtel, con la sierra madrileña incendiada en desfalcos, la marmita hirviendo de espías, la fundación Fundescam cayéndosete del bolso (que no es de Vuitton porque Dios es grande) se te ocurre presentarte en Génova 13, sombra de lo que fuiste, amarrada al perillán, como el galeote al duro banco (o caja) a enfrentarte con tu enemigo, el hombre al que llevas un año humillando en público. Y crees que puedes salir vencedora, como si fueras Morgana. Ese nombre de Rato que ahora no se te cae de la boca, ese "lujo absoluto" para presidir Cajamadrid, es la estopa que te han metido por el gaznate en la sede de tu partido como parte de la estrategia de acabar contigo, Señora, que te habías creído una mezcla de Leonor de Aquitania y Margaret Thatcher, antigua y moderna: ¡eterna, Señora! Y date con un canto en los dientes si el triunvirato vencedor, la coalición Fraga-Rajoy-Gallardón, no descubre que, en el fondo, Gürtel sois Correa, Camps y tú.
(La imagen es una foto de Chesi - Fotos CC, bajo licencia de Creative Commons).