Esto de la corrección política (cp) es, sobre todo, cuestión de palabras, del significado de los términos de las connotaciones de lo que se dice, de la intencionalidad con que se dice en el entendimiento de que el habla misma toma ya partido en la lucha política. Por lo general la cp responde al bienintencionado objetivo de evitar toda connivencia con actitudes racistas, sexistas, paternalistas, autoritarias a base de llevar cuidado a mirar el uso de los términos al hablar por entender que en las palabras mismas está inherente ya gran parte de la violencia social de dominación. De ahí que pretenda sustituir unos términos consagrados, admitidos, aparentemente naturales por otros políticamente neutros, cosa que se considera mejor, aunque quizá no siempre por el mismo motivo. Por ejemplo, "negro" por "afroamericano", maricón por homosexual o gay. La intención, en efecto es buena y merece aplauso. Pero quizá el nombre escogido no sea lo más apropiado. El término "corrección" tiene connotaciones muy negativas que suscitan reacciones de rechazo. En ese rechazo se esconde muchas veces no solamente una consideración estética y un acuerdo de fondo respecto a que determinados términos deben evitarse, como "denigrar", "merienda de negros", "judiada", "moro", sino también una actitud muy distinta, regresiva, partidaria de la vuelta a la tradición a la que le parece que tiene buena venta disfrazar sus opciones retrógradas con una pátina de irreverencia. Así casi todos los carcundas, los meapilas y fascistas van por ahí proclamando su "incorrección política". Por eso, aunque no le guste el término del todo, Palinuro es partidario de la corrección política a todos los niveles y de evitar los términos que favorezcan la reproducción de las pautas sociales autoritarias y en las que se identifica a mucho pseudoizquierdista.
(La imagen es una foto de Dave 'Coconuts' Kleinschmidt, bajo licencia de Creative Commons).