Igual que el Publiscopio de hace unos días, la encuesta de Metroscopia para El País de ayer vaticina un triunfo del PP si hubiera hoy elecciones. La ventaja sigue siendo muy baja, de 1,2 puntos porcentuales. Ello quiere decir que la crisis está pasando factura al Gobierno pero la oposición, lastrada por los escandalazos de corrupción, no sale mejor parada.
Da la impresión de que, si no hay cambio de tendencia, el Gobierno perderá las elecciones al Parlamento europeo. Puesto que el PP, aunque ganador, también apunta a la baja, ¿quizá debamos esperar un aumento del voto a otras formaciones nacionalistas (incluida la nacionalista-española UPyD) o de la izquierda más a la izquierda del PSOE? Estas últimas se presentan en una situación de fragmentación, casi atomización que no augura nada bueno para sus resultados electorales pero si uno lee sus encendidas proclamas se hace patente una actitud de voluntarismo infantil con una fantasia de omnipotencia discursiva que mueve a risa: todas las demás candidaturas son de burgueses o de antiguos izquierdistas vergonzosamente vendidos al enemigo de clase que tiene a la "verdadera" izquierda en estado de sublevación permanente.
En el terreno de las realidades electorales, los malos augurios del Gobierno, descontado el efecto crisis se originan, entiendo, a la vista de qué bajo puntúa el electorado a los ministros que no los conoce ni dios. ¿No habíamos quedado en que habría un cambio de ritmo? Me niego a creer que el cambio de ritmo sea que los ministros están tomándose ahora las vacaciones de Semana Santa a las que hubieron de renunciar para mostrar qué duro trabajan los ministros. Pero ahora están desaparecidos. No solamente no están en dónde debían estar sino que, además, nadie los ha visto ni parece que tengan gran cosa que proponer. Hasta ahora lo único que hemos sabido es que esa inenarrable ministra de la Vivienda, Beatriz Corredor, ha metido trescientos millones de euros en los bolsillos de los construtores para comprar suelo sobre el que construir VPOs. Como todo el mundo sabe, con un stock de un millón de pisos por vender, lo que España necesita es... más pisos.
(La imagen es una foto de guillaumepaumier, bajo licencia de Creative Commons).