Pudo no pisar el Irak. Nadie se lo iba a exigir. Él no mandó las tropas allí. Es más, se opuso a esa guerra criminal. Pero ha ido porque, después de todo, es el commander in chief de esos soldados.
Pudo no hablar del fin de la guerra. Tampoco se lo iba a exigir nadie. En su país hay muchos interesados en seguir en esa obra de rapiña y expolio. Empezando por varios gobernantes de la anterior administración que han hecho grandes negocios en el saqueo iraquí. Pero lo ha hecho porque ha ido a eso.
Pudo no hablar de la retirada definitiva. Nadie le iba a exigir que cumpliese su palabra. Pero lo ha hecho porque tiene palabra.
Pudo no respetar el plazo anunciado de 2011 y postergarlo, no diez mil años, como quería su contrincante McCain, pero sí diez o doce. Pero lo ha hecho y sacará las tropas en 2011 como había anunciado.
Definitivamente, no todos los políticos son iguales. Una cosa son los Bush y los Aznar y otra muy distinta los Obama y los Rodríguez Zapatero.
Afortunadamente.
(La imagen es una foto de tsevis, bajo licencia de Creative Commons).