A la hora de decidir qué educación recibirán sus hijos, Vd. puede enviarlos a una escuela pública, (enseñanza gratuita y nivel variable, generalmente satisfactorio excepto en las Comunidades gobernadas por PP, empeñado en desamparar la educación pública y privilegiar la privada concertada). También puede enviarlos a una escuela privada no concertada, (la enseñanza le costará un pico, pero podrá Vd. elegir la que prefiera en concreto y tendrá una calidad satisfactoria). Por último, cabe optar por la enseñanza privada concertada, mayoritariamente religiosa y subvencionada con dinero público (la enseñanza también le saldrá gratis y podrá Vd. elegir el tipo de educación que quiera). Pero es muy frecuente que esa enseñanza no sea gratuita sino que tenga un coste. Véase este vídeo para hacerse una idea.
Está claro ¿no? La ley dice que no se paga, pero muchos centros se las ingenian para cobrar por unos u otros conceptos, con unos u otros pretextos y con más o menos morro. En teoría esto es una estafa y parece que la presentadora del programa, señora García Campoy así lo piensa y así lo denuncia.
Según las estadísticas del Ministerio de Educación, el año pasado el 67,4 por ciento de los alumnos de enseñanzas no universitarias las cursaron en centros públicos, el 26,0 en centros privados no concertados y sólo el 6,6 por ciento en centros privados no concertados. Es de suponer que no todos los centros concertados recurran a estas prácticas fraudulentas pero está claro que éstas están muy extendidas sin que, sin embargo, la denuncia que hace la presentadora se haya trasladado a la calle. ¿Por qué?
Muy probablemente porque, aun pagando, las familias piensan que obtienen un beneficio: no pagan tanto como en la enseñanza privada no concertada, sino mucho menos, entre una tercera y una cuarta parte y, a cambio, se garantizan una educación para sus hijos más acorde con sus convicciones y, lo que no es asunto baladí, evitan la concentración de hijos de inmigrantes en las aulas. Según datos del mismo Ministerio el porcentaje de hijos de inmigrantes en la enseñanza no universitaria española es del 9,4 por ciento pero ese porcentaje está muy desigualmente repartido. La gran mayoría de esos casi 700.000 alumnos extranjeros se concentra en los centros públicos. De hecho hay zonas del país en las que los extranjeros son más que los autóctonos, con las consecuencias que son fáciles de imaginar. Mientras que ese porcentaje desciende drásticamente en los colegios privados concertados, entre otras cosas porque ese sobreprecio que estos cobran ya disuade a las familias inmnigrantes de enviar a ellos a sus hijos.
En consecuencia, el sobreprecio que cobran los colegios privados concertados que lo hacen es una estafa con la que los estafados parecen estar muy de acuerdo pues no se denuncia. Y no se denuncia porque es una garantía de que sus centros educativos, sostenidos con los dineros de todos, no entrarán los hijos de los inmigrantes o lo harán en una proporción irrisoria en comparación con los centros públicos. ¿Queda claro?