Habiendo conseguido su objetivo de que el Parlamento boliviano apruebe la ley reguladora de los próximos comicios generales en diciembre, el señor Evo Morales ha puesto fin a la huelga de hambre que inició con otros seguidores suyos el jueves pasado. La ley aprobada ha sido resultado de una transacción final en la que el oficialismo ha hecho algunas concesiones en cuanto a la cantidad de escaños reservados a los indígenas, el voto de los bolivianos residentes en el extranjero y la elaboración del padrón; pero ha salido adelante. Y lo ha hecho gracias a la actitud del primer mandatario cuyas formas y estilo rompen las convenciones de los sistemas políticos occidentales. Que el presidente de la República comprometa su salud y su vida con una medida de gobierno demuestra que tiene una alta idea moral de la política que lo engrandece a él y dignifica su acción. Compárese al señor Morales con el señor Fujimori y dígase qué lugar ocupa cada uno en la escala de valores que el mundo dice respetar.
Viendo las imágenes del señor Morales en huelga de hambre me vinieron a la memoria las del Mahatma Gandhi en igual tesitura en varias ocasiones y por motivos más o menos similares. Los dos, el Mahatma Gandhi y el indio Morales, son guías espirituales de sus pueblos y los dos merecen el reconocimiento de quienes creemos que la política es actividad al servicio de nobles ideales y del bien común.
(La imagen es una foto de Periódico La Democracia, bajo licencia de Creative Commons).