Estimado/a Lector/a: entenderás que Palinuro, que terminaba su entrada de ayer, titulada Recuelo diciendo: "El hecho de que este partido (el PNV) invoque a Dios en su lema no quiere decir que lo sea. Ni que el señor Ibarretxe sea su profeta", derramara gruesos lagrimones al oír al señor Patxi López decir que "El PNV no es el régimen ni la religión de Euskadi. Es un partido más". En efecto, señor López, un partido más y no el alma misma de Euskadi. Está usted ganando muchos puntos a ojos de la ciudadanía española con su claridad de ideas y buen criterio porque ¿cómo leñe, en virtud de qué empanada mental puede una organización que se llama partido identificarse con el todo del organismo? Será parte, desde su punto de vista la mejor y más noble, probablemente, pero parte y nada más que parte y hay otras partes, otros partidos con iguales derechos. Lo dicho, querido/a lector/a: gruesos lagrimones de alegría derramaba ayer Palinuro.
Pero he de decir que, con todo, el día fue sin duda del señor Rajoy quien tuvo dos gestos que lo consagran como el dirigente, el leader que merece la derecha... y más que la derecha, el leader de la derecha que merece el país: por el primero quedaba claro que los diputados vascos del PP en el parlamento de Vitoria apoyarán la candidatura del señor López a lehendakari sin condiciones y sin contraprestación alguna. Eso se llama poner los intereses del Estado por encima de los del partido y merece un aplauso... y más lagrimones de Palinuro que tuvo ayer un día que se salía por las costuras. Porque ¿qué más queremos los ciudadanos que ver cómo los partidos hacen causa común en los asuntos de Estado y no se dedican a jugar con fuego?
El segundo gesto del señor Rajoy fue anunciar que se tomarán medidas contundentes con todos/as aquellos/as de quienes se demuestre que se han aprovechado del partido para su medro personal. Cómo sería la cosa que la señora Aguirre, que llevaba unas cuartillas preparadas para soltar su habitual alegato de ataque al PSOE y defensa de la manga de presuntos corruptos, espías y sinvergüenzas que tiene el dudoso honor de presidir, prefirió callarse y reservarse para mejor ocasión. Si el señor Rajoy continúa por la senda de firmeza que ha emprendido, si no flaquea, si no cede a las presiones que estos sátrapas de autonomía estrecha y esos comunicadores dedicados al chantaje y al terrorismo moral, no habrá mejor ocasión para la señora Aguirre ni para el señor Camps. Y tampoco para el señor Fabra.
Realmente, la piedra de toque de la determinación democrática y regeneracionista del señor Rajoy es el mencionado señor Fabra, cuyo comportamiento provocador es inadmisible en democracia. En este momento procesal es la ocasión para que el señor Rajoy se deshaga de esta fuente de desprestigio para su partido. Si sucede algo así no digo que yo votaré a la derecha porque creo que no votaré jamás a la derecha ni aunque me arranquen el pellejo a tiras, pero hablaré bien de ella, como merece y como lo estoy haciendo en esta entrada.
Créalo, señor Rajoy, ha ganado usted muchos puntos entre los demócratas de este país.
(La imagen pertenece al vídeo que hizo el PP para la campaña electoral de Galicia).