No me refiero a las tropas, que esas empezarán a salir cuando sea conveniente y será decisión acertada, pues no pretendo sentar plaza de cualificado estratega con competencia para pronunciarme sobre aspectos que desconozco como suele hacer el plantel de supersabios que hay en todas las tertulias radiofónicas del país y que saben de todo y son expertos en todo. A lo que me refiero es a la cantidad de sobreentendidos, subentendidos, astucias, falsedades, ficciones que se revelaron ayer en el curso del debate parlamentario sobre el asunto de Kosovo y sus repercusiones en la esfera pública.
El señor Zapatero pidió "pudor" al PP a la hora de criticar el repliegue de Kosovo ya que él, el PP, había metido al país en la guerra del Irak. Escuchando al señor Pío García Escudero, portavoz del PP en el Senado, se me hace que pedirle pudor es como pedir peras al olmo. Resulta pelín impúdico que quienes montaron lo de Irak se hagan los exquisitos con Kosovo. Pero lo más significativo para mí, lo más revelador fue ese giro del señor García Escudero de que el Gobierno plantea la irremediablemente polémica retirada de Kosovo con el taimado fin de que no se hable de la crisis económica. Este es un argumento recurrente entre políticos, especialmente en el PP: siempre que algo les molesta dicen que es una cortina de humo para que no se hable de otra cosa en la que creen que tienen algo que decir. La expresión viene, además, acompañada de la advertencia de que eso que se quiere ocultar suele ser lo que "verdaderamente importa a los españoles". Hagan Vds. un cálculo de cuántas veces ha aceptado el señor Rajoy un debate político o moral serio sin sostener que eso no importa a nadie porque lo que "verdaderamente importa..." etc, etc es lo que diga él: ¿ley contra la violencia de género? Eso no importa a los españoles; lo que de verdad les importa... ¿ley de la Memoria histórica? Eso no importa a los españoles, lo que....¿Ley de igualdad de géneros? Eso no importa a los españoles... ¿Ampliación de los supuestos del embarazo? Eso no importa... ¿Kosovo? Ya lo ven: no importa; lo que importa es la crisis, acerca de la cual, por cierto, tampoco tienen nada que decir. Es obvio que el Gobierno muestra defectos y carencias; pero, caramba, la oposición mayoritaria es de risa.
Además, en el fondo, vaya si les importa. Y estuvo muy bien la ministra de Defensa, señora Chacón, demostrando con citas textuales del señor De Arístegui que las posiciones del PP en esta materia (igual que en todas) son líquidas, como diría Bauman y contraditorias. También estuvo bien, aunque pudo haber sido más clara, cosa que le cuesta porque es muy suya, reconociendo que quizá hubo algún error de forma en la decisión que ya estaba subsanado. ¿Algún error? Una metedura de pata como un piano, una muestra de descoordinación y desconcierto lamentables. Ya sé que la oposición lo embarulla todo para sacar tajada, pero eso no es excusa para minimizar los errores y tratar de disimularlos. Hay que reconocerlos y, por cierto, no querer justificarlos por procedimientos que ya van más allá de la comicidad de Alberto Sordi, a quien traje a colación en la entrada de ayer, titulada Tutti a casa y llegan a la más barata demagogia. Se disculpaba la señora Chacón del posible error sosteniendo que tuvo especial empeño en que los primeros en enterarse de la decisión fueran los soldados afectados. Supongo que quería dar a entender que eso es algo muy avanzado, humano, solidario, de izquierdas; pero lo cierto es que no cuela. ¿En qué manual del arte militar está escrito que los primeros en enterarse de las decisiones del mando hayan de ser los soldados? Esa práctica puede ser conveniente a veces y, a veces, dar un resultado catastrófico. Lo lógico será aplicar un criterio práctico y, en este caso, le guste o no a la señora Chacón, lo lógico (y lo educado, por cierto, que no es asunto baladí) hubiera sido informar antes a los aliados. Otra cosa es que la señora Chacón piense que a ella le convenía aparecer ante los soldados dando la primicia por asuntos de imagen. Pero que no mezcle las cosas.
Por último escuché ayer a la señora Trinidad Jiménez diciendo que las críticas a la señora Chacón estaban movidas por el machismo y que si la decisión la hubiera tomado un ministro varón no las hubiera habido. Es una lástima que no existan premios a la declaración más estúpida del día, la semana, el mes o el año porque la de la señora Jiménez se lo llevaría sin duda alguna en todas las variantes. ¿O quiere decir esta señora que forma parte del necesario esfuerzo que todos debemos hacer en pro de la mayor emancipación de las mujeres e igualdad entre género permitir que ellas tengan un margen mayor para hacer y decir estupideces que el de los hombres a fin de compensar?
(La imagen es una foto de Público, bajo licencia de Creative Commons).