El Vaticano, esa vieja, sabia y cínica diplomacia, nos ha mandado al cardenal Tarcisio Bertone, secretario de estado y camarlengo. Es un hombre poderoso en la jerarquía de la Santa Sede: equivalente a ministro de Asuntos Exteriores y, como camarlengo, sustituto del Papa en sede vacante, así que podemos dar su visita como de muy alto nivel; y viene a España, entre otras cosas, a gestionar una invitación al Pontífice a visitar nuestro país en 2010, lo que demuestra la importancia que la Santa Sede concede a sus relaciones con su católica hija España.
Y la que concede el Gobierno a las buenas relaciones con el Vaticano. La vicepresidenta del Gobierno, señora Fernández de la Vega, que se lleva de cine con el clero siempre que sea extranjero, ha explicado al Cardenal Bertone la reforma de la ley del aborto, la ley de libertad religiosa y el espinoso asunto de Educación para la Ciudadanía, ahora que el Tribunal Supremo ya ha dejado zanjada la cuestión. El señor zapatero recibió al Cardenal y el Rey lo invitó a comer. No es que lo traten a cuerpo de rey; es que lo tratan a cuerpo de papa.
Han tenido tiempo más que de sobra para hablar y para llegar a algunos acuerdos a base de lo que Monsignore Bertone sin duda llamará "mutuas concesiones" y que en lo sustantivo, correrán todas a cargo del Estado. El Camarlengo se comprometerá, seguramente, a embridar a la montaraz clerigalla carpetovetónica pues calcula el Gobierno que conchabándose con el Vaticano y aplazando sine die los otros asuntos peliagudos del avance de la laicidad se habrá evitado, cuando menos, la feroz agresividad de los medios de la derecha y de la jerarquía católica española.
Ahora bien, si un gobierno de izquierda gobierna tratando de conseguir el apoyo o, cuando menos, la neutralidad de los banqueros y los curas, y sólo se mueve en lo social y laboral acordando las medidas con los sindicatos y con la patronal ¿qué le queda de izquierda? Sería bueno enterarse para actuar en consecuencia en las próximas elecciones.
(La imagen es una foto de R. Duran, con licencia de Creative Commons).