El avance de la ciencia no sólo destruye supersticiones y estereotipos sino que da al traste también con joyas antiquísimas de la sabiduría ancestral. Por ejemplo, a la hora de explicar la soberanía parlamentaria Delolme recordaba que los jurisconsultos ingleses siempre sostuvieron que "el Parlamento puede hacer cualquier cosa excepto convertir un hombre en una mujer o una mujer en un hombre". Esa excepción ha caído hace mucho y no ya el Parlamento sino cualquier clínica puede sacar una mujer de un hombre o viceversa.
Del mismo modo cae otro viejo proverbio, el de "madres no hay más que una" porque ahora pueden ser dos. Según noticia de Público ya puede haber dos madres biológicas para el mismo niño.El asunto se consigue en un pispás, inseminando el óvulo de una e insertándolo en el útero de la otra. Y ese niño tendrá dos mamás... ¡qué suerte!
Hay mucha gente que dice que la presencia del padre en la familia es imprescindible y a mí no me lo parece más de lo que es la de los zánganos en la colmena. Así que repito: ¡qué suerte la de ese chaval o chavala!
(La imagen es un pastel de Ernst Ludwig Kirchner titulado Dos desnudos amarillos con jarrón de flores (1914) que se encuentra en el Bündner Kunstmuseum de Coira, Suiza).