Mr. Obama encara el último día antes de estas elecciones (las más reñidas e interesantes de los últimos tiempos) en una posición de ventaja. Pero no será porque los otros no hayan recurrido a todos los trucos posibles, a veces con resultados negativos. El señor Dick Cheney, vicepresidente con el señor Bush, anunció que votaba por McCain, creyendo en su ciega soberbia de neocon que así contrarrestaba el efecto de la declaración de Mr. Colin Powell anunciando su voto por el señor Obama. Como si pudiera acercársele.
De igual modo, los israelíes hicieron las elecciones adelantadas en Israel y, dado el resultado (75 por ciento a favor de McCain y 25 por ciento a favor de Obama) lo trompetearon a los cuatro vientos por si pueden influir en el voto de los gringos mañana. El lobby sionista es contrario a Mr. Obama. Tanto que he empezado a pensar que si sale elegido el afroamericano es posible que los israelíes bombardeen el Irán para enfrentar a aquel con un hecho consumado a partir de enero de 2009. Y quizá con la complicidad de Mr. Matorral-pato-cojo a quien sin duda se lo habría recomendado dios.
(La foto fue tomada por mi hija Inés hace unos días en Indiana y es estupenda).