divendres, 17 d’octubre del 2008

Hablando del franquismo.

La Fundación Canal de Isabel II tiene en marcha estos días una interesante exposición de dos estudios fotográficos muy significativos de los años del franquismo. También lo fueron de los de la transición y posteriores, pero su prestigio, su renombre, uno en Madrid y el otro en Barcelona, se hizo en los años cincuenta y sesenta del siglo pasado. Son el del conocido fotógrafo húngaro Juan Gyenes, que lo tenía en la calle de Isabel la Católica con un pequeño escaparate que daba a la Gran Vía y en el que siempre había expuestas algunas fotos de personajes del momento de las artes, las letras, las finanzas o la política, y el "Foto Ramblas" de Barcelona, sucesor del "Foto Román", verdadero emperador fotográfico del paralelo, foco de la representación popular en el que se hacían retratar los boxeadores, cupletistas, vedettes, gentes de la lucha libre, magos de tres al cuarto y las parejas de recién casados.

Me pasé la adolescencia y primera juventud viendo fotos de Gyenes porque vivíamos en San Bernardo, ya cerca de la parada de metro de Noviciado, y pasaba por la Gran Vía con frecuencia, por ejemplo para ir al cine Ideal o a los entonces famosos Sótanos, que debió de ser el primer local de juegos de Madrid en que los hubo electrónicos con rifles de rayos infrarrojos y otras tragaperras. Por cierto en estos locales hizo su primera exposición personal en los años cuarenta Gyenes. Sin embargo, no sabía nada de él. Ha sido en la exposición en donde me he enterado de que era un húngaro que decidió quedarse a vivir en Madrid en 1940 viniendo desde El Cairo (en donde trabajaba como corresponsal del New York Times) y camino de Nueva York. Me dejó atónito: cambiar Madrid por Nueva York él, que se reconocía discípulo de Steichen. Lo encuentro incomprensible.

En todo caso era un hombre muy del Régimen, retratista de los sectores, capas, clases (como se quiera llamarlos) dominantes. Pero, eso sí, civiles. No recuerdo haber encontrado retratos de militares, falangistas o curas. En la exposición no los hay pero tampoco creo habérselos visto, aunque quizá los hiciera. Se guardan millones de placas, negativos, tomas de este hombre. Muchas en la Biblioteca Nacional. Además, tenía gran libertad de criterio. No sólo retrataba a la Duquesa de Alba o a los entonces Príncipes de España, sino también a artistas y rebeldes como Picasso o Pau Casals, científicos como Severo Ochoa, intelectuales como Azorín o Menéndez Pidal. Gyenes es el retratista de la élite española de los años cincuenta y sesenta.

Tenía una fortísima inclinación artística; tocaba el violín y era muy culto. En sus retratos hay siempre una fuerte carga interpretativa desde lo más rebuscado (es célebre el de un Belmonte ya mayor en el que se ha incorporado en blanco y negro el que le hizo Julio Romero de Torres de joven, un desnudo envuelto en un capote) hasta lo más simple. Considérese el retrato de Franco más arriba. Debía de ser hacia 1970. El fondo negro enmarca un rostro que, supongo, quiere ser de afable abuelo y resulta una especie de inquietante premonición de la muerte. El ABC lo reprodujo en portada el día del fallecimiento del Dictador, aquel día en que el presidente del Gobierno, señor Arias Navarro, conocido como "carnicerito de Málaga", dio la noticia por la televisión ¡llorando!

Frente a Gyenes, que es serenidad, buen gusto, elegancia, postín, calidad, exquisitez, la exposición del Canal, presenta una colección de fotos del Estudio Ramblas, de los fondos que rescató, restauró y conservó Santos Montes cuando aquel se cerró, que son un epítome de lo popular, movido, estereotipado, farandulero, basto y ordinario pero, al mismo tiempo, muy entrañable. Ocupa los dos últimos pisos de la torre alzada de aguas, que es un edificio muy curioso, típico del modernismo madrileño, de 1907, obra de Diego Martín Montalvo y Ramón de Aguinaga. El Estudio Ramblas no se cuidaba de los aspectos exquisitos sino que hacía fotografía comercial por encargo para campañas de lanzamiento de cupletistas, bailaoras, contorsionistas, boxeadores o para testimonios personales en los ritos de tránsito, comuniones, bautizos, bodas. Y nada de interpretaciones; ahí lo que la gente quería era lucirse. Por eso el estudio, antes de hacer la copia definitiva, dejaba que los clientes indicaran si querían retoques, pero era cosa de los clientes.

Foto Ramblas es la Barcelona canalla cabeza del barrio chino y el Raval. Sus clientes son una muestra del otro franquismo: exóticas señoritas latinoamericanas de exuberantes carnes y breves atuendos que atendían a las necesidades de los marineros gringos de las unidades de la VI flota que patrullaba el Mediterráneo; bailaores y bailaoras de agitados faralaes que eran el nexo que unía a la creciente colonia de inmigrantes andaluces con la patria chica a través del flamenco y la copla con nombres como Manolo Escobar; malabaristas, prestidigitadores (uno de ellos, además, vestido de cura) que actuaban en los locales del puerto. Luchadores de lucha libre como los de la imagen, vestidos de púgiles romanos en una foto que dice más sobre la estética popular de la época que un tratado.

Los dos estudios representaban las dos caras del Jano sociológico franquista: la estirada y elegante élite madrileña retratada por un hombre que tenía vocación artística y quería hacer de la fotografía un arte y los pujantes sectores populares catalanes retratados por unos hombres que sólo sentían el llamado de la pela y querían hacer de la fotografía un negocio.

Y en los dos casos resultó muy rentable.

(Las imágenes son la cubierta del catálogo de la exposición, una de Francisco Franco que pertenece a la Biblioteca Nacional y la otra de Dos luchadores anónimos (sólo las clases populares tienen anónimos) que pertenece a Santos Montes. Se emplean aquí para ilustrar la crítica a la exposición y bajo los supuestos de Wikipedia non-free use rationale guideline).