En el 37 Congreso del PSOE, que se clausura hoy, parece haberse querido enviar un mensaje a la ciudadanía de que el partido no se ha escorado a la derecha y que sigue siendo un partido de izquierda, como se echa de ver en que, a pesar de las dificultades (no hay crisis, dice el jefe) económicas no habrá recortes en las prestaciones sociales. Además, el izquierdismo se verá en que se adoptan decisiones sobre el avance en la laicidad del Estado, en el derecho al aborto y la eutanasia.
Es un izquierdismo que los marxistas llamarían "superestructural" pues afecta al campo de las ideas, las mores, costumbres, normas éticas antes que a las realidades materiales y económicas, a las relaciones de producción. De eso, en el Congreso no se ha dicho ni palabra.
Sí, y muchas, sobre las cuestiones lingüísticas que, sin ser de naturaleza material o económica, tampoco son estrictamente hablando pertenecientes al reino de lo numinoso. Cuestiones de administración social de las lenguas en España, esa que se ha resuelto habitualmente a cañonazos. En la confrontación abierta a propósito del manifiesto en defensa del castellano, el PSOE ha adoptado una prudente línea media que no sé si atiene siquiera a lo que piensa la mayoría de su propio electorado.
En todo caso, el balance de este congreso demuestra qué lentas son las maquinarias burocráticas en relación con la realidad. Está claro que la comisión que hace un año recibió el encargo de preparar el Congreso, redactar los documentos que se leerían luego en las agrupaciones, recoger las enmiendas, etc, se basó en un análisis y criterio de hace un año, cuando no había crisis económica y las cuestiones que preocupaban eran otras; eran... las que se han discutido en el congreso y éstas, que siguen siendo importantes, ya no son las que más procupan a la gente. Véase, si no, el último barómetro del CIS: cuestiones económicas, paro y vivienda. Lo de los crucifijos le importa al personal una higa. Y no digo que no haya que quitarlos; más que a paso. Pero también digo que hay que denunciar los acuerdos con la Santa Sede y el Gobierno, compuesto por meapilas, se niega a tocarlos. Y puede que tenga razón tácticamente. Para no propiciar excesiva oposición. Ya están los cura que trinan. Así que dejamos la cuestión con el 7º de caballería (los socialistas) rescatando a los colonos (la población) acosados por los indios (los curas), pero sólo lo justo. Veremos en unos años.