dilluns, 21 d’abril del 2008

Esperando a doña Esperanza.

Esto no va a quedar así ni mucho menos. El señor Rajoy ha pasado el finde haciendo pim pam pum y fuegos de artificio con la señora Aguirre y sus integérrimos principios liberales (véase el post de ayer, titulado La ideología de la derecha) en claro abuso de posición dominante. Arrecia el vendaval en el PP y el encontronazo no lleva pinta de resolverse mediante negociación o acuerdo. Ayer, los dos "grupos de presión" (según terminología del señor Rajoy) que apoyan a la señora Aguirre, la COPE y El Mundo suministraron munición dialéctica en abundancia a la Presidenta de la CA para disparar contra el del PP. El "liberalismo" de los negocios, el "liberalismo" de los apandadores no quiere quedarse fuera de la jugada porque ningún negociante que se precie permite que lo ninguneen y lo marginen. Habiéndose ya perdido las formas, hay que ir al ataque sin más y ocupar todos los puestos. Se trata del negocio de la radio y el periódico. Así se lo explicaban ayer a la señora Aguirre para que no se distraiga: el peligro de que el señor Rajoy se salga con la suya es que ya no habrá quien tosa al grupo Prisa y a El País, o sea, su competencia.

Como no consiguen batir a tal competencia en las lides ordinarias del mercado en el que dicen creer a pies juntillas, El Mundo y la COPE pretenden conseguir el poder por persona interpuesta para poner en marcha desde él algo parecido a lo que ya hicieron en 1996, esto es, una persecución política, judicial y penal de la competencia. El liberalismo de los apandadores consiste en apoderarse del poder político para usarlo luego como un ariete en contra de la competencia.

(La imagen es una foto de Chesi, bajo licencia de Creative Commons).